La venida del Reino, Lc 17:20-37

Lc 17:30-37“Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot.Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas"

El día de la segunda vista de Cristo no será acompañado solo por gloria, sino también por justicia, pero antes de la justicia vendrá el dolor y sufrimiento para la humanidad, en especial para el pueblo de Israel durante el tiempo denominado la Gran Tribulación. Pero en este caso, al estar Jesús hablando con sus discípulos (Lc 17:22) la palabra profética también tiene relación con la iglesia.

La forma en que los evangelios explican con detalles este momento ha llevado a aceptar este pasaje como profético sobre la destrucción de Jerusalén por el general Tito en el año 70 d. C., para lo cual la advertencia de Jesús fue útil en salvar la vida de los discípulos que todavía se encontraban en la sitiada ciudad en esos días (Mt 24:15:21; Mr 13:3-23; Lc 21:7-24). Esta profecía, sin embargo, es claramente un evento que sucederá en el día que se manifieste el Hijo del Hombre. Por lo que aún se espera el día que esto suceda. A este tipo de profecía se les denomina de doble cumplimiento. Cuando llegue aquel día, los que estén vivos no deberán buscar salvar ninguna otra cosa más que su vida, pues será el día terrible de Jehová.

Nota histórica: “El comentario del Tesoro del Conocimiento” dice que las casas del oriente tenían techos planos con escaleras por fuera para ascender y descender sin entrar a la casa, además las ciudades amuralladas tienen terrazas que van de un extremo a otro de la ciudad, de tal forma que la persona puede escapar sin salir a la calle.8

Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas. Dos observaciones: Mt 24:28 agrega “donde quiera que esté el cuerpo muerto” y muchas versiones bíblicas mencionan buitres, en lugar de águilas, lo que va más acorde con el gusto de los primeros. Es probable que fuera un proverbio conocido, pero parece referirse, en respuesta a la pregunta de los discípulos, que el juicio viene, sobre aquellos que estén espiritualmente muertos.

Aplicada esta verdad a la pregunta que se le hace a Jesús, ¿dónde?, ¿Dónde sucederá todo lo que has dicho? Por lo tanto las miradas deben dirigirse, no hacia el cuerpo, si no hacia el cielo, hacia las señales que permitirán saber que el tiempo del cumplimiento de las profecías se acerca. Jesús no da una respuesta en sí, él pide que su iglesia esté atenta, expectante a las señales que revelen su pronto retorno.

8 El Tesoro del conocimiento bíblico: Referencias bíblicas y pasajes paralelos, Logos ResearchSystems, Inc., Bellingham, WA, 2011, (Lc 17.31).