La autoridad de Jesús, Lc 20:1-8

Lc 20:8“Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas".

Este primer diálogo controversial entre Jesús y los jefes de Israel termina de manera abrupta con la negativa del Señor a responderles. Observemos que Jesús no dice, al igual que ellos, que no sabía de dónde procedía su autoridad sino simplemente no les quiere declarar cuál era su origen. De nueva cuenta se repite el principio ya presentado anteriormente, a saber, que al que más tiene más se le dará y al que no tiene, aún lo poco que tiene se le quitará. En el caso de los líderes religiosos de Israel, Jesús se negó a dar más luz a aquéllos que rechazaron aceptar la luz que habían recibido mediante el ministerio de Juan Bautista.

Los labradores malvados, Lucas 20:9-18

La presente parábola dicha por el Señor Jesús es motivada por el rechazo de los líderes religiosos de Israel a la autoridad de Jesús de acuerdo al pasaje anterior. A través de esta parábola Jesús corrobora su autoridad y a la vez hace referencia a su muerte que ocurriría pocos días después y su posterior vindicación. La parábola tiene sus antecedentes en el Cántico del amado por su viña de Isaías 5:1-5. Los puntos de referencia en la parábola señalan al pueblo Israelita como la viña, a Dios como el dueño, el hijo se refiere a Jesús mismo, los labradores representan a los líderes religiosos de Israel y los siervos representan a los profetas.