Jesús es el ejemplo por excelencia, le preguntó al endemoniado su nombre, y la respuesta fue inmediata: Legión, y la razón del nombre, también sale a la luz: muchos demonios habían entrado en él. Los demonios son entes espirituales que no ocupan espacio físico, pueden entrar en los hombres de uno en uno (Mt 12:43), siete (Lc 8:2) o miles como en este caso, puesto que una legión romana llegaba a tener hasta seis mil hombres. Sabemos que eran más de dos mil demonios puesto que el hato de cerdos a donde entraron eran “como dos mil” (Mr 5:13). El terror de Legión era pensar que Jesús los enviase al abismo, Lucas es el único de los tres evangelistas que usa esta expresión al mencionar el caso.