La madre y los hermanos de Jesús Mr 3:31-35

(Mt 12.46-50; Lc 8.19-21) 

Mr 3:31-35 “Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle. Y la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: Tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. Él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.  Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre”. 

Al parecer los suyos, de los versículos 20 y 21 de este mismo capítulo habían mostrado preocupación e interés por ayudar a Jesús a quien consideraban enfermo, pero mientras estaban en el proceso de buscarlo para llevarle a la fuerza a casa a descansar se dieron los hechos de la confrontación entre Jesús y los fariseos, terminada la cual, pudieron por fin pasar la noticia de su presencia cerca de Jesús.

Ahora Marcos detalla la información de quiénes son aquellos, nada menos que su madre y sus hermanos. La respuesta de Jesús, considerada en occidente como un rechazo a su familia debe ser contextualizada a la cultura de medio oriente y al contexto inmediato de la razón por la que su familia está ahí y que Jesús conoce perfectamente: quieren detener su ministerio.

Ante la preocupación de su familia de que esté fuera de sí, Jesús aclara que su actitud es producto de una fiel obediencia a la voluntad de su Padre y que quienes hagan así como él son en verdad a quienes llamará hermanos. De esta forma Jesús les manda decir: “no estoy fuera de mí, no estoy enfermo ni loco, estoy cumpliendo la voluntad de mi Padre y espero que ustedes lo entiendan y me sigan”.

Luego entonces, Jesús no está rechazando a su familia, mas bien los orienta a la fe y acción que los convierta en una familia en Dios.