El endemoniado Gadareno, Mr 5:1-20 (Mt 8.28-34; Lc 8.26-39) 

Mr 5:13-14 “Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. 14Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido”. 

Los demonios salieron de aquel hombre, e inmediatamente después entraron en los cerdos, los cuales sin control alguno corrieron por aquel despeñadero y murieron en el mar. Los testigos oculares al observar aquel acto huyeron asustados, la Escritura no especifica si eran los dueños de los animales, sólo nos dice que no se detuvieron, y llegando a donde estaban más personas comenzaron a relatar lo que sus ojos acababan de ver; sin querer fueron instrumentos y portadores de la noticia y por medio de éstos comenzaron a llegar más personas a aquel lugar.