Nota sobre textos controversiales

La Iglesia de Roma aunque considera a Pedro su primer Papa nunca niega que haya sido casado, ni sus sucesores tampoco. Se ubica muchos siglos después el inicio del celibato en los sacerdotes y en las monjas (es decir, cuando no se casan o se quedan “célibes”, que hacen un voto de castidad, optando por la soltería), en un período que va del Papa León IX al Papa Gregorio VII, de 1049 a 1085. La Iglesia Ortodoxa Griega, división de la Católica, y que es numerosa en Rusia y otros países del área, les permite a los sacerdotes casarse antes de la ordenación. De ésta se escuchan menos excesos y violaciones.

Pablo, el apóstol, dedica amplios pasajes a hablar de los solteros y del matrimonio. Se declara defensor de su soltería en (1 Cor 7:7, 8 y 40), tal vez por muchas razones prácticas, incluyendo sus constantes viajes y exposiciones a peligros. En la misma carta (1 Cor 9:5) hace notar que Pedro y, posiblemente, otros apóstoles traían a su esposa con ellos.

El famoso Concilio de Trento, convocado por la Iglesia de Roma para combatir la Reforma iniciada por Martín Lutero en 1517, ratificó el celibato. La Reforma, entre otras notables libertades que logró para los creyentes, permitió el casamiento de los ex-sacerdotes y ex-monjas que lo desearan. (Recuérdese que Martín Lutero se casó con la ex-monja Catalina Von Bora, quien vino al conocimiento del Señor Jesucristo como él y como muchos otros más ).