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Apocalipsis

Apocalípsis
Los 144.000 sellados, Ap 7:1-8

Apocalípsis 7:1 “Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol”.


El capítulo siete de Apocalipsis nombra una serie de personajes, los cuales aparecen en escena en este libro de las revelaciones de Dios. A estos grupos los oye y ve el amado apóstol Juan después de la apertura del sexto sello (Ap 7:1) y antes de abrirse el séptimo sello. Esta escena podría ubicarse a finales de los primeros tres años y medio de la tribulación. El sexto sello ya fue abierto haciéndose presente con los terremotos; el cuarto jinete del apocalipsis se mostró al mundo con “la muerte” a consecuencia de las guerras, enfermedades, hambre y los movimientos telúricos, los cuales cobraron muchas vidas; todo esto se da a pesar de la fingida paz del Anticristo. En estos primeros tres años y medio de tribulación el ser humano intentará por todos los medios de restablecer el orden, la justicia y la paz; sin embargo, solo se verá un aumento de la iniquidad, en medio de todas las calamidades.


El compás de espera. Juan recibe esta revelación como un interludio o compás de espera entre los eventos que han de ocurrir antes de la apertura del séptimo sello (todavía se avecinan los males mayores para la humanidad). Es un momento histórico por consumarse, y Juan, dentro de su cultura judía, recibe la tan anhelada esperanza de vida por parte del Todopoderoso, de que aún en los momentos de mayor angustia y desesperanza del mundo, las buenas nuevas de salvación seguirán activas y dando frutos de arrepentimiento. Este libro menciona esta detención momentánea en la que Dios da una tregua al ser humano. ¿Qué es del pueblo de Dios (Israel) durante los terribles acontecimientos que van a suceder? Las dos visiones de este capítulo pueden dar la seguridad de que Dios siempre tendrá cuidado de su pueblo, aun en los momentos terribles, y además les da una promesa a todos los que perseveren hasta el fin.


Tríada de cuatro, como se mencionó en el capítulo uno, los números en este libro tienen simbolismos, estos llegan a ser múltiplos y simétricos. Cuatro ángeles, cuatro ángulos, cuatro vientos, esto puede ser 3 × 4= 12; doce tribus por 12, 000 personas de cada tribu= 144,000, es decir 122 igual a 12 por 12 o sea doce al cuadrado por mil. Estos ciento cuarenta y cuatro mil judíos se encuentran dispersos por todo el mundo y Dios tiene el número exacto de ellos que le reconocerán y aceptarán como el verdadero Mesías. (nota: algunos comentaristas piensan que este es un número simbólico. La mayoría se inclina por lo dicho en el párrafo).


Los cuatro ángeles. Ante los terribles eventos descritos por el anciano Juan en el capítulo seis de Apocalipsis se podría afirmar —desde la perspectiva humana— que Dios se ha olvidado totalmente de los seres humanos; que no hay posibilidad de salvación y que el orbe está condenado a una absoluta destrucción como consecuencia de una mala administración de lo creado. Sin embargo, con todo, y bajo estas circunstancias adversas, el Todopoderoso le permite ver a Juan que la promesa de vida eterna mediante el evangelio sigue vigente. El número cuatro se repite cinco veces en este capítulo, simbolizando y representando a la naturaleza y a los misterios de Dios en la tierra. El número cuatro se encuentra en el libro de Génesis, en el río que salía del huerto del Edén y se convertía en cuatro ríos (2:10); está en el mobiliario del tabernáculo y del templo: cuatro aros, cuatro cuernos, cuatro codos, cuatro esquinas, cuatro ruedas, cuatro repisas. Kittim Silva agrega que hay cuatro puntos cardinales (Norte, Sur, Este, Oeste), cuatro elementos esenciales en la naturaleza (aire, tierra, agua, fuego), cuatro reinos (vegetal, animal, mineral y espiritual), cuatro estaciones (primavera, verano, otoño, invierno); cuatro razas (blanca o caucásica, negra o negroide, amarilla o mongoloide y roja o bronceada); el ser humano pasa por cuatro etapas (niñez, adolescencia, madurez y ancianidad), etc. 1


Los cuatro ángeles, al estar parados en los cuatro puntos o ángulos de la tierra, representan “a todo el mundo”, en todas partes o en la totalidad del planeta (7:1). Ya sea al Norte, Sur, Este u Oeste, Dios tiene dominio de toda la creación (Gn.28:14), incluyendo lo sucedido y lo que está por acontecer. Para la cultura judía los ángeles significaban la total presencia de Dios y se les adjudicaba a estos seres celestiales el tener control sobre las fuerzas de la naturaleza como el viento, Juan ve a los cuatro ángeles controlando o teniendo control de los vientos de toda la tierra y parados en los cuatro puntos cardinales de la tierra. La expresión “los cuatro ángulos de la tierra” es un hebraísmo que significa “de todas partes del mundo y aun de lo más lejano de la tierra”. Esta forma de hablar aparece en otra sección del libro de Apocalipsis, en el capítulo 20:8, en donde se da a entender lo mismo.


Ahora bien, los ángeles, al tener dominio de la furia del viento, dan por un breve tiempo, descanso o tregua de las calamidades en la tierra, trayendo con ello calma que presagia la tormenta venidera. Un hecho curioso es que cuando Juan terminó de recibir las visiones (Ap 22:8,9) dadas por medio de un ángel, se postró para adorar a este ser celestial como si fuera un dios (debido a que este tenía una gran autoridad concedida por el Creador). El ángel desde luego se lo impidió.

1 Kittim Silva, APOCALIPSIS La revelación de Jesucristo, (1985) Barcelona España, (p 86), Editorial CLIE.


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