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En estos versículos Juan trató de nuevo sobre el problema doctrinal, y que ya había comentado en su primera carta sobre las sectas falsas y sus enseñanzas. Aquí una lista probable de enseñanzas falsas a las que se refería, nótese que todas tienen que ver con el Señor Jesucristo, blanco del maligno:
En su primera carta (1 Jn 2:18,19; 4:1-5), el Apóstol ya había advertido sobre la aparición de los falsos maestros y sobre sus falsas enseñanzas. Esto había estado sucediendo aproximadamente a finales del año 70 d.C. El Apóstol Pablo también hizo constantes referencias sobre estas surgientes herejías (2 Cor 11:13; Hch 20:29,30).
Pero aquí, en el versículo ocho Juan animó a los hermanos a no descuidarse sobre ellos mismos. La frase “mirad por vosotros mismos” les hacía ver la constante necesidad de no confiarse demasiado para no terminar errando en la enseñanza y haber perdido lo que ya hasta este momento habían avanzado.
En el v.9 Juan aclaró aquí su perspectiva sobre aquellos que no se mantienen en la doctrina. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; que esos realmente no tienen a Dios. Pero en contraste con ello, agregó que aquellos que son perseverantes en la doctrina, son los que realmente sí tienen al Padre y al Hijo.