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¡Ay de ellos!, Judas sigue el ejemplo de los profetas, como en los ayes contra los malvados, (Isaías 5:8-23) y como Cristo lo hizo contra los escribas y fariseos (Mateo 23:13,15,16,23,25,27,29). Humanamente es difícil erradicar la corrupción, a menos que la persona “sea revestida del nuevo hombre” (Col 3:5-10, 1 Ti 6: 4-11).
el camino de Caín, un camino de desobediencia, no esforzándose por hacer el bien, rechazando arrepentirse y con una falta de celo por ofrecer a Dios lo mejor (Gn 4: 3-12). Caín representa el sectarismo homicida que no acepta la espiritualidad auténtica (Hebreos 11:4; 1 Juan 3:12).
el error de Balaam, el libro de Números, Caps. 22-25 cuenta la triste historia de Balaam que, por lucro, por una paga de Balac el Rey de Moab, concibió un maléfico plan que llevaría a Israel a la idolatría y la inmoralidad, lo que iba a acarrear el juicio de Dios sobre su pueblo, muriendo veinticuatro mil (Nm 25:11, 31:16). El apóstol Pedro lo recuerda diciendo que “amó el premio de la maldad” (2 P 2:15) y Apocalipsis cita que este pecado lo volvió a cometer la iglesia de Pérgamo, la cual puede representar a muchas (Ap 2:14).
la contradicción de Coré, el libro de Números 16: 1-32 relata la historia de Coré que capitaneó a 250 líderes, “varones de renombre”, que ministraban “en el servicio del tabernáculo de Jehová”, levantándolos contra Moisés y Aarón, intentando imponer su voluntad sobre Dios y el pueblo. Como castigo, “Abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas y a todos los hombres de Coré y todos sus bienes”(16:32,33).
El enemigo puede influenciar a líderes de las congregaciones para que se opongan a la autoridad puesta por Dios, lo cual sucede a menudo. Los castigos divinos pueden afectar a toda la familia.
manchas en vuestros ágapes, nubes sin agua (2 P 2:17), árboles otoñales sin fruto, (una vida estéril 52:5; Mt 7:20; 15:13; Lucas 13:6-9), fieras ondas de mar(Is 57:20), estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas” (Is 14:12-21).
Judas, además de citar varias veces el Libro de Números -que no se lee mucho hoy en día- manejó un amplio espectro de adjetivos calificativos, para los apóstatas o falsos maestros. Lo que espera a quienes tuercen las Escrituras y enseñan falsedades está bien advertido.
Los “ágapes” o “banquetes de amor” los celebraba la iglesia para participar del pan y la copa en memoria del Señor, que hoy llamamos “tomar la santa cena”. Al terminar solían comer todos juntos (1 Co 11:20-30). Irredentos se introducen celadamente y participan de la comunión del cuerpo de Cristo aparentando que son salvos sin serlo. Falsos pastores (Ez 34:2).