LBC Menú
Capítulos:
Imprimiendo su sello personal, el apóstol Pablo, inicia su mensaje dirigido a los creyentes colosenses, adjuntando sus divinas credenciales, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios. Invocando la originalidad de su apostolado (enviado especial), ya que Jesucristo mismo lo comisionó para tal ministerio, (Hch 22:12-15; 17-21). El antes, perseguidor de Jesús, por ignorancia, ahora reconoce que los que sirven a Jesucristo lo hacen por la voluntad de Dios.
El hermano Timoteo, el verdadero y amado hijo en la fe (1 Ti 1:2; 2Ti 1:2), estaba con Pablo como fiel colaborador, probablemente le sirvió de escribano.
No podía saludar de otra manera a sus destinatarios, los creyentes de Colosas, santos y fieles hermanos en Cristo, santos por su dedicación a Dios, y fieles por su participación confiable en el servicio cristiano. Antes, sus enemigos, ahora en Cristo, sus hermanos participantes de la misma fe en el evangelio de Cristo.
El otrora perseguidor de los discípulos de Jesús, lo hizo obedeciendo a su visión predispuesta, ya que veía en ellos a gente blasfema, pero cuando él mismo abrazó la fe en el Nazareno, cambió su forma de verlos. Ahora, a los que antes consideraba blasfemos los reconoce como santos. Una evidencia de la transformación operada por Dios en el corazón de una persona, es poder ver a todos como sus hermanos, no importando su origen racial, social o económico. La iglesia del Señor está llena de esta homogeneidad singular.
Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, es el saludo distintivo del apóstol Pablo. Reflejando en éste, su misma confianza y dependencia de la jaris (gracia) recibida y deseándoles la misma a los hermanos colosenses (esta frase realmente es parte de su saludo en todas sus cartas, Ro 1:7; 1Co 1:3; 2Co 1:2; Ga 1:3; Ef 1:2; Fil 1:2; 1Ts 1:1; 2 Ts 1:2; 1Ti 1:2; 2Ti 1:2; Tit 1:4 y Flm 3), así mismo les desea paz (gr. eirene), traducción del hebreo shalom, que encierra la idea general de completo bienestar. Dios y su hijo Jesucristo, nuestro Señor, son los únicos que pueden proveernos en absoluto todas las manifestaciones de su gracia y de la paz, que sobrepasa todo entendimiento.