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A partir de este versículo, el apóstol expone su discurso pastoral de manera imperativa. Exhorta a los creyentes a desarrollar hábitos espirituales que les ayudarán tanto a ellos, como a Pablo y sus colaboradores, para la extensión del evangelio.
La recomendación de Pablo es que la oración debe hacerse con dedicación y de manera constante (Ro 12:2). Orar en actitud alerta, sin perder de vista el propósito de la oración. Pablo incluye la gratitud como un elemento indispensable.
La oración es el ejercicio humano que invoca a Dios. El creyente que ora constantemente se siente dependiente de Dios. Se sabe insuficiente, implora al padre que le impulse y sostenga. En su comunión, el creyente agradece de corazón. Al término de cada plegaria el creyente sabe que está “velando en la oración con acción de gracias” El cristiano agradecido con el Señor no desespera ni desiste, sino que, persevera orando y esperando.
El apóstol anima a la iglesia a orar simultáneamente por ellos, (hama = al mismo tiempo). “Por nosotros”, se refiere al apóstol a los que están con él, sus colaboradores y consiervos, que más adelante menciona (4: 7 -17). Pablo les pide que oren con constancia por él y por todos los hermanos que están involucrados en la predicación de la palabra.
La expresión “abra puertas para la palabra” es una figura literaria que describe el deseo del apóstol para seguir predicando y anunciando la palabra. Recordar que se cuenta con la ayuda permanente de Jesús, interesado como nadie en la salvación de las almas. Apocalipsis 3:7 habla del mensaje a la iglesia en Filadelfia, por parte de “el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”. Jesús abrirá puertas para la Palabra en donde sea su voluntad (Hch 16:6-10) Y nos ayudará para “saber como debo hablar”
Dios es el que provee de oportunidades para extensión del evangelio. En algunas zonas de nuestro planeta la oposición al evangelio esfuerte. Algunos predicadores de la palabra se exponen a la cárcel y aún, a la muerte. En nuestras oraciones pidamos por los consiervos que ministran donde las puertas están cerradas, a fin de que éstas se abran. De la misma manera, agradecer las ventajas que tenemos al vivir en una sociedad con libertad de expresión y de religión, y aprovecharlas.
El siervo del Señor es un aprendiz constante. Mientras que la experiencia brinda la seguridad de los profesionales; el siervo del Señor busca la dirección divina para cada enseñanza y cada sermón. Qué la única certeza que reine en nuestros corazones, sea la certeza de la necesidad de su guía e iluminación.