Toda oración debe llevar un para qué y el hombre que recibió la revelación de Jesucristo personalmente, lo entendía. La intensidad del ruego se revela en la palabra que usa, parakalein, que quiere decir algunas veces consolar, y otras exhortar. Sin embargo, nos sumergimos a mayor profundidad cuando entendemos que en esta palabra encontramos un matiz que incitaba a pelear con ímpetu y furia contra toda problemática que quisiera destruir al creyente y por ende a la iglesia.

El fin era que ellos alcanzaran la comprensión y vivencia completa del Cristo resucitado en sus vidas, pues no hay plena sabiduría fuera de Jesucristo. El apóstol, no pasaba por alto el quehacer de los colosenses, cristianos de convicción.Debe decirse que las tesis presentadas en esta Carta servirían como defensa de la fe a los cristianos de los siglos posteriores.

“a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.

El Espíritu Santo capacitó a su siervo con estrategias en la enseñanza y apología del evangelio, pues al escribir que sólo en Cristo estaban escondidos los tesoros de la sabiduría, dejó a los gnósticos, maestros falsos de aquel momento, como unos indoctos e insensatos con respecto al conocimiento del Mesías, (Los gnósticos creían que era necesario para la salvación, entender muchos conocimientos secretos). Al hacer uso Pablo de la palabra escondida, del griego apókryfos, que significa “algo que está escondido a la visión común“, les advierte que también la sublime sabiduría escondida en Cristo no estaba al alcance de ellos. “Al usar esta única palabra Pablo está diciendo: «Vosotros, gnósticos, escondéis vuestro conocimiento de la gente corriente. Nosotros también tenemos nuestro conocimiento, pero no está escondido en libros ininteligibles, sino en Cristo, y por tanto abierto a todas las personas de todas partes». * Barclay: Filipenses colosenses