Aparece de nuevo la consolación que tendrían los atribulados tesalonicenses. Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo. Dicha consolación plena se experimentará cuando ocurra el retorno de Cristo en el cielo. Es el rapto que sucederá cuando encontremos al Señor en el aire, “para recibir al Señor en el aire” (1 Ts 4:17) Para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Además de dar consolación a la iglesia, el Apóstol debe informar a los tesalonicenses que aquellos que los atribulaban de ninguna manera escaparían al justo juicio de Dios. Dios está para defenderlos y en Él no existe impunidad ni negligencia judicial. Castigo, lo habrá para ellos. “Los que no conocieron a Dios”, son aquellos que ignoran voluntariamente y se dejaron guiar por toda clase de fábulas, mentiras, filosofías y tradiciones del momento. “A la ley y al testimonio (La palabra escrita) si no hablaren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. (Is 8:20).

Los que no obedecen al evangelio son los que, conociendo la palabra de Dios, no la ponen por obra. El evangelio, no sólo debe ser leído, debe ser creído y debe ser obedecido. El diablo lo conoce, lo cree, pero no lo obedece. “Crees tú que Dios es uno, bien haces, también los demonios también creen y tiemblan”. (Stg 2:19)