En estos versículos se resalta la soberanía y poder de Dios, el “anticristo” será destruido por el Señor. Su sentencia ha sido pronunciada en su nombre “hijo de perdición”.

Se describen los medios por los cuales será destruido: 1) “con el espíritu de su boca”, esta expresión solo ocurre aquí en todo el Nuevo Testamento y es tomada de Isaías 11:4 que dice: “… y herirá con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío”; y muestra la Omnipotencia de la voz de Jesucristo; y 2) “el resplandor de su venida” pues solo la aparición del Señor Jesucristo efectuará la destrucción del anticristo (Ap 19:11-16). Finalmente será echado al lago de fuego (Ap 19:20) y permanecerá allí por toda la eternidad (Ap 20:10).

En los vs. 9 y 10 tenemos una descripción del Anticristo:
a. “Su advenimiento es por obra de Satanás”: el Espíritu de Dios envía sus mensajeros, el enemigo, sus emisarios. A la mitad de la gran tribulación, este hombre Anticristo, será muerto, y al resucitar, se levantará por obra de Satanás (Ap 13:3,4; 12:7-12).
b. “con gran poder y señales y prodigios mentirosos”: Estos sustantivos son usados acerca del ministerio de Cristo (Hch 2:22; Ro 15:19). Poder sugiere una fuerza sobrenatural; señales, indica milagros que dan fe y señalan a alguien; y los prodigios son maravillas hechas. Todo esto es “mentiroso”, pues emanan de la falsedad y de la intención de engañar.

“con todo engaño de iniquidad”: traducción literal: “engaño de injusticia”. El engaño consiste en que mientras las señales y prodigios dan al malo la autoridad de un enviado de Dios, proceden del “príncipe de las tinieblas” y contribuyen a sumergir aún más profundamente a los que engañan. …para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”