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Estos versículos son la conclusión de los anteriores (1,2). El tema de vivir en integridad y practicando la piedad es agradable a Dios y trae su bendición. La práctica moral conlleva una gran responsabilidad cristiana, pues se espera que cada una de las acciones tenga el justo análisis, aún ante la ley civil. La vida en integridad es lo que Dios desea. Esta vida íntegra comienza con la salvación, la cual Dios desea para toda la humanidad, al “venir al conocimiento de la verdad”. Cuando el individuo experimenta un “encuentro con Jesucristo” la verdad le es revelada. Ejemplos de ello son: La mujer samaritana (Jn 4:5-42); Nicodemo (Jn 3:1-15) y Pablo (Hch 9:1-19), por mencionar algunos.
Este “conocimiento de la verdad” provoca una transformación en la vida del ser humano. No es un asunto intelectual, es la influencia del Espíritu Santo en la vida del hombre. El ser humano que aplica “la Verdad”, no lo hace solo por medio de la experiencia o de la razón, interviene para ello la presencia del Espíritu Santo, quién fue enviado al mundo para esto (Jn 16:8, 13).
La gracia es el fundamento y pilar de todas las doctrinas: Cristología, Soteriología, Eclesiología, etc. Han surgido las dispensaciones dentro del plan divino y, por ella, el ser humano puede alcanzar la salvación otorgada por Dios por medio de su Hijo Jesucristo. El amor de Dios es tan grande (Jn 3:16), que restaura al hombre otorgándole el conocimiento de la verdad (Jn 8:31,32) y transformando todo su ser (2 Co 5:17) .
1 Según la RAE la palabra Exhortar significa “Incitar a alguien con palabras a que haga o deje de hacer algo.”
