El apóstol Pablo plantea una positiva interrogante que conlleva todo el agradecimiento que sentía delante de Dios por la vida de los tesalonicenses. El Apóstol no encontraba palabras para agradecer al Señor por saber que su amada iglesia se mantenía firme a pesar de las luchas y pruebas que estaban ocasionando los enemigos de la cruz de Cristo y expresa un gozo inspirador ante las buenas noticias que escuchó de parte de su colaborador Timoteo de que la iglesia seguía caminando y cumpliendo el propósito de Dios, en fe y en amor por su Hijo Jesucristo.

Otra área que sobresale en la vida del apóstol Pablo, es aquella donde les muestra a la iglesia que es un hombre de oración, que ha descansado en la presencia de Dios de noche y de día, por cada uno de los hermanos que conoció y de los que se habían ido agregando a la congregación. Era tanto el deseo del apóstol por verlos de nuevo, que estaba puesta su oración delante de Dios para que le concediera esa petición “para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe”