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La iglesia de Tesalónica ya tenía conocimiento de lo referente a los eventos relacionados con la venida del Señor, pues Pablo se los había enseñado, durante su tiempo en Tesalónica. Pero, tenerlo por escrito siempre será mejor.
Por ello el Apóstol les dice: “que no tienen necesidad que les escriba”. Pablo trae a la memoria la parábola del siervo vigilante (Lc 12:35-40; Mt 24:42-51)) al mencionar la frase: “así como ladrón en la noche”. Como seguidor de Jesucristo, el creyente debe conocer las advertencias del Señor, en relación a los acontecimientos que advierten sobe el arrebatamiento de la iglesia, tomarlas en cuenta y estar vigilando. Todo hijo de Dios debe vivir en novedad de vida y esperar el traslado de la iglesia. El evangelio de Juan (10:3,4) recuerda: “A este abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.”
La figura retórica, “como ladrón en la noche” no se refiere a que Cristo haga la acción del ladrón, “robar”, sino a lo inesperado de su venida. El ladrón no avisa cuando roba, así Jesucristo no avisará cuando venga por su iglesia. Por lo tanto, el creyente debe estar preparado para que el arrebatamiento no le tome por sorpresa.
Existen diferentes opiniones con respecto al tiempo que sucederá el arrebatamiento. Son tres los grupos principales que difieren sobre el tema. Los pretribulacionistas, son los que creen que el arrebatamiento sucederá antes de “la gran tribulación” (Ef 3:1-6; Col 1:25-27; Je 30:7; Apc 3:10). Los meditribulacionistas, quienes dicen que el arrebatamiento de la iglesia sucederá a la mitad de la gran tribulación (1 Co 15:52; 1 Ts 4:16; Ap 10:7; 11:15). Por último, los postribulacionistas que mencionan que la iglesia pasará por los siete años de la gran tribulación (Mt 24:9).
También existen diferencias en cuanto a las personas que serán levantados en el arrebatamiento: unos dicen que hay necesidad de estar vigilantes y preparados para este acontecimiento. Pablo declara “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios” (1 Ts 5:6). Otros exégetas declaran que Pablo en 1 Tesalonicense 4:13-17, no plantea requisitos para ser trasladado en el arrebatamiento, solo declara que todos los que se han entregado a Cristo, serán trasladados. Pablo afirma que “cuando digan: paz y seguridad, entonces vendrá destrucción”. El verbo “digan” está en presente continuo, significa: “estarán diciendo”. En el mismo momento que el mundo sienta que tienen tranquilidad y están seguros, entonces llegará “destrucción”. Esta destrucción se compara con “los dolores de parto”, un símil familiar en las Escrituras (Is 13:6-8; 37:3; Os 13:3; Mi 4:9; Mr 13:8) y la comparación involucra dolores seguros, repentinos y cada vez más intensos. Es interesante la forma como termina este pasaje el apóstol: “y no escaparán”.