Las buenas noticias que trajo consigo el hermano Timoteo dieron tranquilidad y seguridad al apóstol Pablo, aquellos temores que pudieron haberse presentado fueron disipados por tan agradable anuncio del joven siervo. Un gozo llegó a la vida del apóstol Pablo cuando supo que la fe y el amor de los hermanos de Tesalónica estaba presente todavía en sus vidas. Sin duda dos características indispensables en la vida del creyente, como lo son, la fe y el amor, abundaban en aquella iglesia.

Por lo demás, aquellas palabras de cariño que enviaban a través de Timoteo para el apóstol Pablo eran como un bálsamo de paz por saber que había un sentir en su corazón por verle pronto. De igual forma, el apóstol Pablo permite ver que su anhelo por verlos era recíproco. Aunado a esto se muestra una actitud poco usual en la vida del apóstol Pablo, aquél, que siempre estaba presto para animar y fortalecer a los creyentes de la iglesia cuando había luchas, ahora era él quien estaba siendo animado y revivido por las noticias favorables que Timoteo traía de parte de la iglesia.

El joven Timoteo sin duda estaba tomando experiencia con esta visita a la iglesia, ya que en otra ocasión se observa al apóstol Pablo encomendándolo de nuevo, a una labor con la iglesia de los filipenses (Fil 2:19-23). Dado que el joven mostró una actitud de servicio, un sentir igual que el apóstol y un amor por la obra de Dios. El apóstol lo estaba preparando para que en un futuro cuando el apóstol no estuviera presente, fuera el joven Timoteo quien se quedara como pastor en alguna de las iglesias. Lo que ocurrió en varios lugares.