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“Que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia” Es muy probable que Pablo proviniera de una familia de confeccionistas de tiendas o trabajadores del cuero y conforme a la costumbre judía su padre le enseñó el oficio. Nada se sabe respecto a su hermana y su sobrino que vivían en Jerusalén (Hch 23:16).Pablo fue un puente entre los apóstoles originales de Jesús y las nuevas iglesias, recalcándose el hecho de que el evangelio iba dirigido tanto a gentiles como a judíos.
Nota histórica-geográfica: Después de su conversión, pasaron tres años, los que vivió mayormente en Arabia, (una región habitada por los nabateos, que eran gentiles, a los que seguramente predicó) al sureste del Mar Muerto, Lucas precisa ese tiempo, en Hechos 9:23 diciendo: “pasados muchos días”. Lo cual está en concordancia con una forma de expresar el tiempo, tal y como aparece en 1 Reyes 2:38 y 39, en donde se usa esa misma expresión. En esta epístola dirigida a los gálatas, Pablo menciona fechas muy importantes que complementan la biografía sobre su trascendental ministerio.
Pablo pasó un buen tiempo después de su conversión, en un lugar apartado, muy cerca de donde Moisés recibió la ley en el Sinaí, en donde recibió gran parte de su doctrina por revelación directa del Señor. (Gá. 1:17). Las buenas nuevas de salvación logradas por la muerte y la resurrección de Jesús, era el mensaje que debía proclamar a todos por igual, tanto a judíos como a gentiles (Gá 2:15-21, 3:28). Una lectura muy apropiada en este tiempo en que se vive tan vertiginosamente, para todos aquellos que deseen un mensaje directo del Señor y un crecimiento en su Palabra:
¡ irse a Arabia, irse al Sinaí !
Regresó a Damasco y comenzó a visitar las sinagogas predicando el mensaje que le había sido revelado en el camino. Y como los judíos damascenos, se propusieron darle muerte y vigilaban las puertas de la ciudad para que no escapase, tuvo que huir con ayuda de los discípulos quienes le descolgaron en una canasta por el muro. (Hch 9:23-25) 18Después, pasados tres años, subí a Jerusalén a ver a Pedro, y permanecí con él quince días; Viajó a Jerusalén donde visitó a Pedro y a Jacobo (Gálatas 1:18-20). Después regresó a Tarso y se quedó allí por algún tiempo, un tanto olvidado.
El inigualable Bernabé -hijo de consolación- sintió una gran carga por él, lo buscó y lo invitó a trabajar en la iglesia de Antioquía, en dónde tan solo en un año “enseñaron a mucha gente y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez”. (Hch 11:26). Nótese el impacto apostólico de Pablo, producto de la oración, la perseverancia, y la formación de equipos evangelizadores. A Bernabé no le importó que pronto en lugar de decir Bernabé y Paulo (Hch 13:2,7) se comenzara a decir Pablo y Bernabé (Hch 113:46,50 etc.)
Qué habría pasado si Bernabé, no toma tiempo y recursos para ir a buscar, hasta el pueblo de Tarso, al todavía llamado Saulo (Hechos 11:25)
Cuántas almas no alcanzadas, cuántos libros no escritos, cuantas historias no contadas. Preguntémonos, ¿Cuántos Saulos que comenzaron bien, aún, que estudiaron en nuestros institutos bíblicos y que prometían tanto, estarán por allí olvidados? Usted que lee estas notas, ¿Se transformará en un Bernabé (hijo de consolación) invirtiendo tiempo y recursos, para hallarlos y traerlos a Antioquía? (Hch 11:25).
Como misionero sobresaliente, teólogo y escritor de la iglesia primitiva 16 capítulos del libro de los Hechos se concentran en sus tareas misioneras. De manera que Pablo es el autor o sujeto de casi la tercera parte del Nuevo Testamento y el intérprete más importante de las enseñanzas de Cristo.
Antes de los tres viajes misioneros y el viaje a Roma de Pablo, el cristianismo incluía a tan solo un grupo pequeño de creyentes palestinos judíos, pero después de ellos el cristianismo creció a nivel del imperio.
Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. 24Y glorificaba a Dios en mí”.
“Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo” (Hch. 9:26). La Escritura nos muestra la actitud de desconfianza e incredulidad de los apóstoles con respecto a la conversión de Pablo, nadie le creía lo que Jesús había hecho en su vida.
Ese fue el tenor de la mayoría de las visitas de Pablo a las sinagogas y luego a las iglesias y grupos celulares que se iban formando. En los primeros versículos del capítulo 2 continúa el relato de su conversión y sus primeros años en su ascendente carrera ministerial.
En esta epístola dirigida a los gálatas, Pablo menciona fechas muy importantes que complementan la biografía sobre su trascendental ministerio.
Breve resumen de sus viajes y epístolas
En el 46 d.C. visitó Jerusalén llevando una ofrenda por razón de la hambruna que estaban sufriendo ( Gá. 2:1 – 10)
En su primer viaje misionero aproximadamente entre el 47 – 48 d.C. visitó la isla de Chipre en donde ocurrieron varios milagros y de allí arribaron a Perge en la provincia imperial de Panfilia, en donde Juan Marcos se apartó de ellos, de allí a Antioquía de Pisidia en donde Pablo predicó uno de los sermones más extensos y majestuosos que se le registran (Hch 13:16-41). De allí paso a Iconio, Listra y Derbe, ciudades que pertenecía a la provincia imperial de Galacia. En el 50 d.C. asiste al concilio en Jerusalén relatado en Hechos 15, luego regresa a Antioquía.
En su segundo viaje misionero alrededor del 52 d.C. visita Macedonia y Acaya. Establece iglesias en Filipos, Tesalónica, Berea; pasó 18 meses en la ciudad de Corinto (Hch. 15:36 – 18:21) y escribe 1 y 2 de Tesalonicenses.
En su tercer viaje misionero aproximadamente entre el 53 – 57 d.C. visitó Éfeso, Macedonia y Grecia, pero se concentró en la ciudad de Éfeso donde pasó caso tres años. En esas mismas fechas escribe 1 y 2 de Corintios y Romanos. En Jerusalén al llevar una ofrenda para los necesitados de la iglesia, alrededor del 57 d.C. mientras estaba en el templo fue acusado falsamente por algunos judíos, salvajemente golpeado por una multitud enfurecida y arrestado por los romanos. Aunque los gobernadores Félix y Festo, como también Herodes Agripa, no lo encontraron culpable de ningún crimen, la presión de los líderes judíos mantuvo a Pablo bajo la custodia romana.
Después de 2 años el apóstol uso el derecho de ciudadano romano y apeló a César. Luego de un turbulento viaje, incluyendo una tormenta violenta de dos semanas en el mar, que culminó en un naufragio, Pablo llegó a Roma donde permaneció 2 años en un arresto domiciliario y de donde escribió Filemón, Colosenses, Efesios y Filipenses aproximadamente del 60 – 63 d.C. (Hch. 27:1 – 28:30).
La tradición sugiere que Pablo fue absuelto alrededor del 63 d.C. donde es muy probable que haya visitado España llevando el evangelio. Luego nuevamente fue arrestado por el emperador Nerón quien lo condenó y lo degolló con una espada en la Vía Ostia en el 67 d.C. en un lugar llamado Aquae Salviae, yace sepultado en el sitio cubierto por la basílica de San Pablo Extramuros. Antes de su martirio escribe Tito y 1 y 2 de Timoteo.
“Que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia” Es muy probable que Pablo proviniera de una familia de confeccionistas de tiendas o trabajadores del cuero y conforme a la costumbre judía su padre le enseñó el oficio. Nada se sabe respecto a su hermana y su sobrino que vivían en Jerusalén (Hch 23:16).
A lo largo de la historia bíblica vemos algunos personajes que al igual que Pablo fueron apartados desde el vientre de su madre y llamados por Dios para realizar o llevar a cabo sus planes.
• En Jueces 13:7 se habla de Sansón, el cual fue nazareo (consagrado) a Dios desde que se encontraba dentro del vientre de su madre.
• David en el Sal. 139:16 hace alusión a su llamado desde el vientre de su madre. Jeremías recibió su llamado para ser profeta de Dios antes de ser formado en el vientre de su madre (Jer. 1:5).
• Juan el Bautista llamado, apartado y lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre (Lc. 1:13 – 15, 39 – 44).
• Dios le dice al pueblo de Israel en Isaías 44:1 – 2, 24; 46:3; que desde el vientre ha sido llamado para ser su siervo y proclamarle entre las naciones.
• Pablo comunica en la carta a los efesios a la iglesia en general, a todo creyente, a todo hijo de Dios que fue escogido en Cristo antes de la fundación del mundo. (Ef. 1:4 – 10).
