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“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados”. Pablo retoma nuevamente el tema principal, “Mantenerse firmes en la libertad”; pero agrega una exhortación para que no se fueran al otro extremo, no usar la libertad como un permiso para pecar; cierto, ellos no se encontraban mas bajo la ley mosaica, pero si estaban bajo la ley de Cristo. Queda claro que la libertad no debe derivar en libertinaje, sino para ejercer el amor fraternal.
El resultado de querer vivir conforme a la ley mosaica y sus ritos ceremoniales solo había producido problemas entre ellos, rivalidades, contiendas y envidias; porque el deseo de guardar las cosas externas que no corresponden al verdadero evangelio sólo causa divisiones y pleitos. Por eso Pablo les dice: “Pero si os mordéis, mirad que también no os consumáis unos a otros”. Podría parafrasearse de la siguiente manera: “Pero si se lastiman y se hieren con duras palabras, y se tratan con malas actitudes entre ustedes mismos, vean que no terminen por destruirse los unos a los otros”.
