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Después de dar a conocer que los deseos de la carne son pensamientos malvados anidados en el corazón del hombre, deseos internos, concupiscencias pasionales o deleites temporales, los cuales ofrecen una breve felicidad o satisfacción pero que luego dejan vacíos horribles, dolor, pecado y oscuridad; ahora Pablo se dispone a dar una lista sobre la manifestación de las obras de la carne.
“Manifiestas” (gr. φανερός phaneros = públicas, manifestadas, visibles). Las obras de la carne son notorias, son descubiertas, no pueden quedar ocultas por mucho tiempo. La lista que da Pablo de tales obras: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías; de ninguna manera es total, ni exhaustiva, sino más bien representativa de otras obras pecaminosas que no son mencionadas aquí tales como la mentira, el homosexualismo y lesbianismo, la murmuración, la injusticia, la avaricia, la soberbia, la altivez, la desobediencia, la necedad, la traición, la deslealtad, la venganza, la glotonería y otras más.”
En otros libros del Nuevo Testamento, se hacen listas de estas obras de la carne. Por ejemplo 1 Corintios 6:9-10 de la pluma de Pablo y Apocalipsis 21:8 de San Juan Apóstol.
