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“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta… La palabra hermanos introduce a una lista de exhortaciones que el Apóstol hace a los creyentes de las iglesias de Galacia, y por extensión a los creyentes de todas las edades. En primer lugar, se exhorta a ejercer la misericordiosa labor de restaurar al hermano que presa de la tentación haya caído en alguna falta.
“Falta” del griego παραπτώματι “paráptoma” que significa: desliz, desviación, ofensa, pecado, delito, transgresión, una caída. Es importante notar que aquí la palabra “falta” no habla de un error involuntario, del que no se dio por enterada la persona que lo cometió, sino que se trata de un error intencional, una transgresión voluntaria.
“Restauradle” del griego καταρτίζετε “katartízo” que se puede definir como reparar, remendar, perfeccionar, ajustar o completar. El término griego se usa para hablar de un miembro del cuerpo descoyuntado, que se coloca en su lugar. La restauración es una tarea delicada; no es ejercer un juicio, o determinar un castigo; sino es el bello arte de reparar de tal forma que lo que quedó roto o descompuesto vuelva a su estado original. Con espíritu de mansedumbre (5:23)
“Espirituales” del griego πνευματικοὶ “pneumatikós” que significa: regenerado, religioso, no carnal. La restauración del hermano caído debe ser efectuada por personas “espirituales” o con “cualidades espirituales”, ejerciéndola mediante la guianza divina del Espíritu Santo y no mediante reglamentos o recursos meramente humanos. Que los espirituales “no nos hagamos vanagloriosos” (5:26)
Los hermanos “maduros en la fe” dentro de las iglesias de Galacia, deberían desempeñar la labor de restaurar a los hermanos “débiles en la fe”, los cuales habían incurrido en algún pecado; pero debían hacerlo con tal esmero y de una forma sabia, no pensando que eran mejores que ellos por el hecho de mantenerse todavía en pie, sino tomando en cuenta la advertencia que les hace el apóstol Pablo: “considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”, como es fácil que suceda a aquellos que reprenden a otros sin mansedumbre (Mt 7:2-5; 2 Ti 2:25); Por su parte, Santiago 2:13 expresa enérgicamente: “porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio”
Mientras ayudaban al hermano caído debían poner atención a su propia vida cristiana, manteniéndose siempre alertas, vigilando su caminar espiritual, no descartando la realidad de que ellos mismos podrían también ser puestos a prueba en determinado momento.
Todos nosotros como cristianos corremos la misma carrera, y estamos en el mismo camino, lamentablemente mientras avanzamos para llegar a la meta, algunos pueden tropezar y caer. Si Cristo ha sido formado en nosotros, sin pensarlo extenderemos la mano al caído, le levantaremos, y le ayudaremos en el proceso de limpieza y reparación, para después ponerlo nuevamente en curso para que siga corriendo la carrera hasta llegar felizmente a la meta.
“Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”.
“Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (5:14) Por lo tanto la tarea de restauración es seguida por esta segunda exhortación, es decir, auxiliar a llevar las pesadas cargas que puedan estar sufriendo los hermanos en la fe. La exhortación de Pablo invita a la permanente disponibilidad para brindar la ayuda necesaria que haga menos difícil las responsabilidades o preocupaciones, pesares, trabajos o dificultades que llevan sobre sus hombros los demás.
Pudiera esta acción, llevar a pensar en lo que dice el versículo 5 “porque cada uno llevará su propia carga”. Sin embargo, el Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia, pág. 460 menciona que en el original griego aparece un término para “cargas” y otro para “carga”. En el primero les dice a los creyentes que soporten con simpatía las cargas de flaqueza de otros, en el segundo, que en el examen que hagan de sí mismos, sientan que tienen bastante que hacer con su “propia carga” de pecado, para no compararse orgullosamente con sus vecinos. (v.3). Sentirán la “carga” de sus propios pecados y esto les hará tolerar con simpatía la carga de pecados de sus vecinos.
(V.3) “Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña”. En la Biblia interlineal del Nuevo Testamento, del griego al español; se lee: “Porque si está pensando alguien ser algo siendo nada está a sí mismo mentalmente descarriado”
El resultado de engañarnos a nosotros mismos acarrea consecuencias muy severas tales como: la presunción, el engreimiento, el descuido para oír, la pobreza espiritual, una lengua desenfrenada.
(V.4) “Así que, cada uno someta a prueba su propia obra”. Y entonces tendrá motivo de gloriarse”, (de jactarse, dice la Biblia versión RVC-Contemporánea) La exhortación es que cada uno se examine evaluando su propia conducta, prestando mucha atención a su propio trabajo, y en caso de que, encuentre en su trabajo algo que le cause satisfacción o de lo cual pueda presumir, que no se compare con nadie.