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“Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de justica”. Por la fe en Jesucristo somos justificados para con Dios, y ahora como hijos de Él, aguardamos la esperanza bienaventurada “el arrebatamiento” donde seremos trasformados en justicia.
“la fe que obra por el amor”. Es una fe tal que no puede expresarse, sino con obras motivadas por el amor. Se muestra amando a Cristo con sinceridad (1 Juan 2:3; 5:3) mostrando un verdadero interés por la obra del reino de Dios (Mt 12:28), oponiendo resistencia al pecado y al mundo (vv. 16,17). Si esto no se da así, no llena los requisitos de la fe salvadora.
“¿Quién os estorbó para no obedecer a la verdad?”. Los gálatas fueron estorbados, interrumpidos, obstruidos, obstaculizados, detenidos, en su correcto caminar cristiano, y debido a tal complicación en la carrera de la fe, erraron en el blanco.
Las falsas enseñanzas pueden tomar la forma de negación de las verdades fundamentales de la fe cristiana. En el 1:9, el Apóstol les llama “anatema”. Pueden enseñar también, que se requiere algo más de lo que se encuentra en el NT para que alguien sea creyente del todo (compárese con 1:6; 2:16; 5:2,6). En el siglo actual, hay quienes dicen que la Biblia ya no basta y que la iglesia necesita erudición moderna, ciencia, filosofía, psicología o nuevas revelaciones con el fin de alcanzar la madurez en Cristo.
“Un poco de levadura leuda toda la masa” Pablo usa esta figura de dicción llamada poliptoton, para ejemplificar el grave hecho de tomar o practicar un solo punto o argumento de una falsa enseñanza, y correr el alto riesgo de terminar totalmente “leudados” “fermentados”, llenos de toda clase de prácticas no verdaderas.
Un comentarista expresa: “Un poco de mala doctrina, conduce a la doctrina errónea en escala mayor; o, en este caso específico, el hecho de admitir que la circuncisión es una obligación cristiana, expondría a ser conducido a otras prácticas peores”.
También hoy en día corremos un alto riego al abrir la puerta a la práctica de falsas enseñanzas, las cuales podemos introducir inocentemente en nuestra liturgia, predicación, o estilo de vida, y luego estar totalmente invadidos por doctrinas erróneas tales como “La doctrina de la prosperidad”, “La confesión positiva”, “Una vez salvo, siempre salvo”; entre otras. Por tal motivo es urgente el escudriño de las Escrituras, con la ayuda plena del Espíritu Santo y el compromiso personal de cada uno…………
“Mas el que os perturba llevará la sentencia”. Hay una sentencia, para los perturbadores de la verdad, a los cuales les espera castigo y condenación, por el cargo de ser instigadores contra la verdad del evangelio. Algunos de esos mismos falsos maestros decían, mintiendo, que Pablo enseñaba la práctica de la circuncisión, a lo cual el apóstol pregunta retóricamente, ¿Si, como ellos dicen yo enseño que se deben circuncidar para obtener una salvación perfecta, por qué todavía soy perseguido?
Pablo exclama: ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban! Una expresión fuerte que quiere decir amputar o cortar las partes privadas.
Aplicando este deseo de Pablo en una forma espiritual, sería exclamar: ¡Qué ellos ya no puedan engendrar más de esta falsa enseñanza y no puedan reproducir la falsa creencia de la salvación por obras!