Pablo reprende a Pedro en Antioquía, Gálatas 2:11-21

Hombres judíos convertidos a Cristo y que eran pastoreados en Jerusalén por Jacobo/Santiago hermano del Señor, pero con libertad de seguir guardando las ordenanzas judías establecidas en la ley como la circuncisión y otras prácticas (Hechos 15:1-2,5-6,10-11,19-20,24). A diferencia de lo que debían guardar los gentiles, según se aprobó en el Concilio de Jerusalén (Hechos 15:28-29). Esos creyentes vinieron de parte de Jacobo a Antioquía donde se encontraban Pedro, Pablo, Bernabé y otros líderes.

La actitud del apóstol Pedro de inmediato capta la atención del apóstol Pablo. Debido a que la actitud del apóstol Pedro era de hipocresía, porque mientras estaba con los gentiles convivía y comía con ellos sin problema alguno. Ya Pedro había vivido una gran experiencia que le enseñó a tratar a los gentiles como iguales (Hch 10:9-16), sin embargo, su actitud cambió al instante que los hombres enviados por Jacobo llegaron a Antioquía y dejó de juntarse con los gentiles, pensando de esta manera que quedaría bien con aquellos compatriotas legalistas, celosos de la ley. Nadie está exento de cometer errores, y aunque el apóstol Pedro era un hombre lleno del Espíritu Santo, mostraba debilidades propias de un ser humano que sin duda tenían que ser tratadas con espíritu de dominio propio.