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MJesús, causa de división, Mt 10: 34-39(Lc 12.49-53; 14.26-27)

Mateo 10:34-39 “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará”.


Jesucristo es el príncipe de paz, de esto no hay duda y no existe una contradicción cuando advierte a sus discípulos: “ni piensen que he venido a traer paz”. Como el evangelista Juan lo escribiera: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Jn 1:11), Cristo sabía que, así como su pueblo no le recibió, tampoco recibirían a sus enviados. De ahí el mensaje de preparación para sus discípulos.

Para Meditar

Jesús enseñó en varias parábolas el rechazo de su mesiazgo y de su reino y les advirtió de esto: “Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad” (Mt 21:38). Esa misma antipatía sufrirían sus seguidores.


El mensaje radical de Jesucristo en una época de tolerancia, de derechos civiles y de los derechos humanos, no haya cabida en la presente sociedad posmoderna. Jesús en este pasaje no está hablando de la paz espiritual, sino de la paz física, está dando por sentado las consecuencias que sus discípulos iban a enfrentar por seguirlo a él y ponerlo en primer lugar en sus vidas: “también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;” (2 Ti 3:12). Seguir a Cristo significa problemas con el mundo y con esta aclaración Jesús simplemente está diciendo las cosas como son: el amor a él debe ser superior a cualquier afecto natural que se interponga. Esto no quiere decir que no vamos a amar a nuestra familia, amigos o al prójimo, - ya que el amor es un principio del reino-, sino que, si estos afectos están por encima del amor a Cristo y su obra, entonces tenemos que decidir por el reino de Dios.

Para ser discípulo no solo hay que aprender sus enseñanzas, se tiene que comprometer con él. En base a una relación personal, el discípulo se arriesga a vivir como Cristo. Habrá familiares cercanos que no estén de acuerdo en que una esposa, esposo o un hijo decidan convertirse en discípulos de Cristo. Es el momento de la decisión y a quién le rendirá obediencia.

© 2022 La Biblia Continental. Todos los derechos reservados. Diseñado por Creating Destiny Graphics. Biblia Reina Valera 1960 y El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, por lo cual se puede usar solamente bajo licencia.