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Mateo 6:1 “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”


Como parte del “Sermón del monte” Jesús advierte de “hacer vuestra justicia delante de los hombres”. El término Justicia (eleēmosynē), en este pasaje se aplica al altruismo; es decir, a las obras de caridad, todas aquellas acciones que se hagan a favor de los desprotegidos (Mt 6:4; Hch 10:4).

El Señor Jesucristo está tocando un punto medular en la conducta de los hombres con relación a los motivos que los llevan a realizar sus prácticas espirituales, la misericordia. En algunas publicaciones se usa de forma indistinta las palabras misericordia y justicia, en otras tiene que ver con la piedad; en este contexto puede sonar razonable ya que está dando la idea de realizar acciones a favor de los que están en desventaja social.

El Maestro no está reprobando hacer misericordia, sino que llama la atención a la forma y motivación con la que se hará, y esto es responsabilidad de la persona, por ello la advertencia de “guardaos”; es decir, revisen su corazón al momento de hacer misericordia.

Algunos elementos que pueden ayudarnos a tener la motivación correcta es analizar nuestra conducta en tres líneas de pensamiento. La primera: ¿Qué creo yo de Dios? Si creo que es el omnipotente, el omnisciente, que es el dueño de todas las cosas, y el centro de nuestra vida, entonces haré las cosas de la manera que él lo ha establecido.

En segundo lugar: ¿Qué pienso de los otros?. Los fariseos tenían a los pobres y a los gentiles en un lugar inferior al de ellos; cuando reclaman a Jesús que sus discípulos comen sin lavarse las manos (Mt. 15:2) es porque se consideraban muy estrictos con esa práctica, pero no porque les preocupara la higiene sino se lavaban; porque temían haberse contaminado al saludar a alguna persona de los grupos mencionados. Si los fariseos pensaban que hacían misericordia a quienes no la merecían, entonces necesitaban publicarlo como obra piadosa.

Pero los que practican la piedad con las normas del reino entienden que los demás son superiores a ellos y dignos de todo acto de misericordia.

En tercer lugar: ¿Qué pienso de mí?. Si nos vemos como administradores de lo que el Señor nos permite tener, entonces nuestra justicia será la correcta porque sabremos que los recursos son de él y nosotros somos canales de bendición a los demás.

Nota de Carácter Ético

La hipocresía es una práctica reprobada por los hombres, cuánto más por Dios. Como humanos estamos capacitados solamente para ver las acciones externas de las personas y tal vez eso es lo que tienta al hipócrita a actuar falsamente, pero la disonancia entre el hecho y la motivación, a la postre se evidencia ante los demás (1 Ti. 5:25).

El Señor es el que escudriña los corazones y por lo tanto conoce las intenciones más profundas del mismo, por lo cual hace un llamado de atención para que los propósitos al actuar sean los correctos, no por él, sino por nosotros para que se cumpla lo que nos ha prometido como hijos.

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