Cuando Lucas se refiere a este mismo hecho dice que Jesús “reprendió la fiebre”, es decir no le trata como enfermedad, sino como algo espiritual maligno, por lo que probablemente su fiebre era por obra de demonios, de hecho, cuando los demás se enteran les traen a muchos endemoniados, y Jesús los hace libres.

Ciertamente, a quien más se le perdona más ama, todos la humanidad tenía reservada un lugar en el infierno de fuego porque estaban alejados de Dios y sus promesas, pero un día Jesús vino y tocó a esta raza y le dio vida eterna junto a Él, por ello, servirle es tan solo una débil muestra de agradecimiento. No solo los ha amado con amor eterno, aunque sean indignos y no lo merezcan, sino que fue más allá y murió por todos.

Segundo: Se destaca que Mateo está interesado en demostrar que Jesús es el Mesías prometido a Israel, y concretamente que Él llevaría sobre sí todas las enfermedades y dolencias, también nuestras preocupaciones, cuando dice que por nada estemos ansiosos.

Para los que creen, quizás no sea importante esta demostración, porque están convencidos de que Jesús es Dios, pero al público de entonces si le interesaba y era tema de discusión y aun de contienda. Incluso Jesús es acusado de blasfemia por los fariseos, al llamarse Hijo de Dios.

Que Él es el mismo de ayer y siempre, y por tanto se puede confiar en su amor y en su misericordia. Es decir, Jesús no es un personaje improvisado en la historia, sino que su pensamiento y su obra está definida claramente desde siempre en la mente de Dios.