LBC Menú

Capítulos:

Versículos:

Versículos:

Versículos:

Versículos:

Versículos:

Versículos:

Versículos:

Versículos:

Versículos:



Mateo

Marcos

Lucas

Juan

Hechos

Romanos

1 Corintios

2 Corintios

Galátas

Efesios

Filipenses

Colosenses

1Tesalonicenses

2Tesalonicenses

1Timoteo

2Timoteo

Tito

Filemon

Hebreos

Santiago

1Pedro

Llamamiento de Mateo, Mt 9: 9-13 (Mr. 2.13-17; Lc. 5.27-32)

Mateo 9:9-13 "Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. 10 Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. 11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento."


En la actualidad para ocupar un puesto se deben cumplir muchos requisitos, existen agencias especializadas para tal efecto. Mateo es el hombre, que en la soberanía de Dios es seleccionado para ser uno de los colaboradores más cercanos de Jesucristo. No es escogido de la lista de personal del Sanedrín ni de los funcionarios del Templo de Jerusalén, tampoco de una sinagoga, sino que es designado en medio del bullicio de la calle al estar laborando en la cotidianidad de su oficio, frente a un banco donde ejercía su función de cobrador de impuestos para el Imperio Romano y para su propio beneficio.

Para Meditar

Siendo Mateo un cobrador de impuestos al servicio de un imperio extranjero, era visto como un traidor a la patria y como un pecador. Los publicanos eran personas de alto nivel económico por el latrocinio que practicaban, pero segregados de la vida de comunión religiosa y social de su nación. ¿Cómo es que Jesucristo vio en él capacidades para ser uno de sus discípulos? La única explicación es la soberanía y la gracia de Dios en la elección. Como ha sucedido con cada una de las personas llamadas por Él en el correr de los siglos.


Sin embargo, el llamado de Cristo es contundente, lleno de autoridad y firmeza, las cuales ya había ejercido en la liberación del endemoniado y en la sanidad el paralítico. Tal potestad es difícil de resistir, es cierto que Dios respeta el libre albedrío y que la decisión última la toma cada ser humano, pero en el caso del llamado de Mateo bastó solo una palabra: “Sígueme”.

La respuesta de Mateo es inmediata, seis palabras definen su respuesta: “Y se levantó y le siguió”. Muchas personas posponen su respuesta al llamado de Dios a sus vidas, aduciendo incapacidad, pecado o cualquier otro pretexto, pero se debe tomar en cuenta, que el que llama también capacita. Dios sigue llamando a personas de todos los estratos sociales y de cualquier índole, si lo hace es porque él conoce que en cada una de las personas existen capacidades que pueden ser potencializadas en sus manos.

Nota de Carácter Ético

¿Hasta qué punto los cristianos deben convivir con los que no profesan la misma fe? ¿Cuáles son límites de tal convivencia? La experiencia de Mateo ilustra cómo una reunión de convivencia social se puede convertir en una herramienta de testimonio. La Asociación Evangelística Billy Graham usa como modelo la acción de este fiel publicano invitando a los amigos para que vengan a su casa, estructurando lo que llaman “Operación Mateo”, que ha dado mucho fruto a través del Mundo. Una vez más los fariseos están en escena y hacen lo que mejor saben, criticar y poner en entredicho el ministerio de Jesús. Ya Cristo en otra ocasión había acusado a esta secta de limpiar lo de afuera, dejando la suciedad de adentro intacta, el cuestionamiento de los fariseos tenía que ver con la rigurosa práctica judía que no permitía la interrelación con los llamados pecadores. Los fariseos podían ser intolerantes con los pecadores, pero bien consecuentes con el pecado.


La respuesta de Jesucristo es firme: “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”, las personas no deben ser juzgadas por su apariencia, trabajo, condición social o estatus, solo Dios escudriña los corazones: “Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones” (Pr. 21:2).

En ocasiones las personas que tienen la fe en Cristo Jesús se sienten amenazadas por el “mundo” y su influencia, no quieren relacionarse con nadie y quieren vivir en una burbuja espiritual para no contaminarse, la crítica está a flor de labios contra aquellos que practican tal o cual pecado. Entonces, ¿dónde está su influencia para ser sal y luz en esta sociedad perdida? No se trata de ser igual a ellos en sus prácticas, porque en realidad, “… esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co. 6:11).

Lo anterior no quiere decir que se debe ser presuntuoso en la manera de hablar y de conducirse, sino que el modo de vivir de cada quién, siempre debe dar testimonio de la empatía y amor para con el prójimo, sin duda esto fue lo quiso decir Jesús con la siguiente reflexión: “Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mt 9:13). Cristo les echa en cara esta admonición del profeta Oseas (Os. 6:6), que sin duda conocían muy bien los fariseos, pero que tampoco se esforzaban por practicarla.

© 2022 La Biblia Continental. Todos los derechos reservados. Diseñado por Creating Destiny Graphics. Biblia Reina Valera 1960 y El texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de American Bible Society, por lo cual se puede usar solamente bajo licencia.