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Cuando establece el apóstol que en Cristo tuvimos herencia, el término eklérothemen de kleroo significa “fuimos hechos una herencia” o “se nos designa una herencia”. Todos los salvos constituyen la herencia de Cristo que le fue dada por el Padre. Le ha de quedar claro a los creyentes que no existe ningún merecimiento humano, que todo es por iniciativa divina. El Soberano ha decidió actuar y poner todo al alcance de sus hijos. Toda arrogancia humana desaparece ante la obra del Salvador, como más adelante se precisa que por gracia sois salvos por medio de la fe (Ef 2:8). Cuando un creyente o ministro se cree merecedor de las bendiciones divinas, ya está en camino a la soberbia y al fracaso. Lo que posee el creyente es por designio de su voluntad. Todo lo que somos y tenemos es para alabanza de su gloria.
Debe existir un llamado divino y una respuesta humana. Cuando el ser humano oye la palabra de verdad, es decir, el evangelio de Cristo, debe creer en él. La salvación es gratuita pero no automática. La expresión habiendo creído en él sugiere responsabilidad humana. Todo está realizado a favor de los que han de creer pero es necesario que se active la fe y la obediencia. Los efesios, habiendo oído y creído, fueron partícipes de las grandes bendiciones de Dios. Algunos quieren los beneficios de la eternidad, pero sin hacer esfuerzos ni tomar decisiones. Argumentan que Dios ya lo hizo todo por medio de Jesús. La obra de Cristo está al alcance de todos, pero hay que creer para beneficiarse con ella.
“y habiendo creído en él, fuiste sellados con el Espíritu de la promesa, 14que es las arras de nuestra herencia. Después de haber oído y creído, los creyentes son sellados con el Espíritu de la promesa. El término sellados (sfragísthete) de sfragizo, “sellar”, se usa retóricamente. Explica que cuando los creyentes depositaron su fe en Cristo, comenzaron a ser habitación del Espíritu. Cuando creísteis fuisteis marcados con el sello (NVI). El sustantivo arras (arrabon) significa prenda en dinero depositado por el comprador, y que se perdía si la compra no se efectuaba.
El Diccionario Vine, explica que en el NT, sellados se usa solo en aquello que Dios asegura a los creyentes [El Espíritu Santo]. Se usa respecto al acto de sellar, para que lo sellado no fuera abierto, o en lugar de la firma, para dar validez a los documentos, o para garantizar la pureza de un artículo.
De igual manera el Espíritu Santo pone en nuestras almas un sello con la impresión del Señor Jesús. Es la marca de autenticidad de la herencia de Dios. Lo anterior es glorioso, pues, sugiere que la presencia del Espíritu en el creyente es la evidencia de su pertenencia a Dios, pero también la anticipa que todas las promesas divinas serán plenamente cumplidas. Por lo tanto, el creyente debe mantener plena esperanza hasta la redención de la posesión adquirida. El término redención (apolutrósis) significa “liberación mediante el pago de un rescate”.