Siendo Pablo de un carácter punzante e incisivo, lanza un desafío hacia los creyentes en el cual pone en duda su conversión. Si en verdad, parafraseando a Pablo, esto bien podría sonar así: “es posible que no le habéis oído ni habéis sido enseñados por Él. Es posible que hasta aquí lo de ustedes ha sido un engaño y una simulación”. Esta retórica usó Pablo en varias ocasiones y le funcionaba:

• “Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano”. (Gálatas 4:11)
• “Porque algunos no conocen a Dios, para vergüenza vuestra lo digo”. (1 Corintios 15:34)
• “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estén reprobados?” (2 Co 13:5)

Demoledoras palabras que en su tiempo sacudían y siguen sacudiendo las conciencias de los creyentes.