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El apóstol Pablo hace un llamado a los feligreses de Éfeso a mostrar su vida con un buen testimonio delante de las personas, dando a conocer que son verdaderamente hijos de Dios. El Apóstol muestra la esencia de cómo es que hay que conducirse: usando el poderoso ingrediente del amor sin fingimiento.
Es notable ver como se compara a la iglesia con Cristo. Los dos verbos que se pueden notar aquí son sed y andad; estos enlazan la acción de la iglesia para relacionarse con los demás.
Llegar a ser imitadores de Dios compromete a la iglesia a vivir realmente como Él. Esto es debido al llamado de ser hijos de Dios, comprados a precio de sangre. La vida de cada persona siempre se tiene que presentar agradable ante Dios.
“Cristo”…El nombre de Cristo nos muestra que es el Ungido, el Señor, y por tanto, la suprema autoridad que la iglesia tiene. Debido al ejemplo que el apostol Pablo explica de la vida del Señor Jesucristo, que sin reservas y sin mancha se entregó por completo y así su sacrificio fue un perfume de grato olor ante Dios.
