Puede ser algo relativamente fácil creer en aquello que ya otro ha experimentado. Sin embargo, en esta galería de los hombres de fe aparece Noé, como aquel que “fue advertido por Dios acerca de cosas que áun no se veían”; pues las Escrituras declaran que “Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra” (Gn 2:5). Así, su fe consistió en obedecer a Dios y construir el arca que Él le estaba mandado: su obediencia trajo evidencia y sustento a la fe. Pues Dios le había dicho: “Y he aquí yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo… Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo” (Gn 6:17). La construcción del arca fue señal inequívoca de su fe.