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HEBREOS CAPÍTULO 6

Continuación…Advertencia contra la apostasía, He 6:1-20

6:1-3 “Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”.


Las Escrituras establecen la doctrina de Cristo como la base del crecimiento individual y colectivo de la iglesia hacia la madurez, en 1 Corintios 3:11, el apóstol Pablo pone de manifiesto que el principio que rige la doctrina gira en torno al conocimiento de Jesucristo; la madurez cristiana es vital para hacer defensa del evangelio y no caer en las artimañas del engaño (Ef 4:14). El apóstol Pablo menciona también que el edificio, que es la iglesia, va creciendo en el conocimiento de Cristo, y la madurez espiritual es la meta de todo cristiano (1 Co 2:7-16).

La inmadurez cristiana es un mal que tuvieron que enfrentar los predicadores y maestros de la iglesia primitiva. El escritor a los Hebreos, advierte con preocupación sobre las iglesias que podrían llegar a conformarse solo con los primeros pasos de la vida cristiana. Las Escrituras muestran que los creyentes judíos a pesar de que creían en el Mesías, tenían tendencia a seguir con las tradiciones judaicas a las que estaban acostumbrados.

“Por tanto, dejando ya”, el gerundio compuesto del griego de esta expresión está en pasado, habiendo dejado completamente, indica una acción pasada que ha quedado atrás. La expresión: “vamos adelante a la perfección”, indica dirección, es decir, hacia donde se quiere llegar, lo que se quiere alcanzar. El Diccionario Swanson, traduce “perfección” como madurez, una paráfrasis del texto podría ser: “continuemos nuestro proceso hacia la madurez”, de esta forma los hebreos eran llamados a construir una fe firme e inconmovible.

Sin embargo, la fe no se puede fundar sobre una perspectiva incompleta como la que los judíos tenían. Era necesario enseñar plenamente lo que Jesús y los apóstoles habían trasmitido. Se esperaba que ya durante todo el tiempo transcurrido como creyentes los conocieran (“después de tanto tiempo”, recuerda Heb 5:12) y dejaran de ser “rudimentos de la doctrina” y se avanzara hacia la madurez.

De una forma rápida se enuncian 6 doctrinas fundamentales:
a) “no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas”, (la NVI traduce: de las obras que conducen a la muerte,) es decir, todo lo que hace una persona que no es salva (Ez 18:4; Ro 6:23), y no se vuelve plenamente a Dios; solo lo hace de una manera superficial, como normalmente lo hacían los judíos.
b) “de la fe en Dios”. Una fe dirigida solo hacia el Padre es inaceptable sin fe en su Hijo Jesucristo (Hch 4:12)
c) “de la doctrina de bautismos”, posiblemente refiriéndose a los bautismos que conocían: el bautismo de los prosélitos judíos, el bautismo de Juan el bautista y el bautismo mandado por Jesús (Mt 28:19)
d) “de la imposición de manos”, relativo a la imposición de las manos que el oferente hacía sobre el animal del sacrificio para identificarse con esa substitución por su pecado (Lv 1:4; 3:8, 13;16:21). Aunque puede referirse a los hermosos eventos pentecostales, cuando los apóstoles impusieron manos y los creyentes recibían el Espíritu Santo y hablaban en lenguas (Hch 8:15-18; 19:5,6). También en servicios de ordenación (1 Tim 5:22) y de sanidad por los enfermos (Hcvh 28:8)
e) “de la resurrección de los muertos”, la resurrección de todos en los últimos días; (véase Jn 5:25-29); 11:25; 2 Co 4:14)
f) “y del juicio eterno”, qel destino de los que rechazan la gracia salvadora de Dios y persisten en el camino del pecado.

“Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”, esto indica, no la remoción de los fundamentos, sino el cumplimiento de ellos; ya que en la cosmovisión del autor de la carta los principios son fundamentales, pues, toda la Palabra ha sido inspirada por Dios y toda ella descansa en los principios divinos en Cristo, a los cuales se les debe obediencia; puesto que si Dios había quitado el velo que había durante la ley y había revelado su voluntad mediante la encarnación de su Hijo, ahora era vital mantenerse en la luz revelada (Jn 1:9)

Para Meditar:

En el cristianismo contemporáneo, como base de toda la doctrina cristiana, se cuenta con los llamados cuatro puntos cardinales: Cristo salva, Cristo sana, Cristo bautiza con su Espíritu Santo y Cristo viene pronto. A partir de estos cuatro principios de la doctrina se desprenden todas las enseñanzas de la Biblia; sin embargo, es preocupante que una gran parte de creyentes no conoce ni aun estas enseñanzas básicas, esto debido a la falta de interés por la lectura y el estudio disciplinado. (Platón, el famoso filósofo griego fundador de “las academias”, enseñaba: “la madre de todos los males es la ignorancia”).


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