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El Apóstol tiene también un mensaje para los jóvenes. Les pide sujeción a sus pastores. Una de las características de la época radicaba precisamente en la sujeción a las personas de experiencia; sin embargo, Pedro no se queda solo enfatizando esa relación que puede parecer lógica; les pide a todos los cristianos que deben someterse unos a otros, en una actitud humilde que es agradable a Dios y que es la conducta apropiada dentro de la iglesia.
“revestíos de humildad”. La palabra “revestíos” tiene un origen muy interesante; se deriva de kombos, que era una especie de nudo en un delantal, el cual utilizaban los esclavos para servir. Una perfecta figura para ilustrar lo que se espera en la vida diaria de los cristianos dentro de la familia, de la iglesia y de la sociedad, porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”
El Apóstol se remonta a Proverbios 3:34 para unir el Antiguo Testamento con el Nuevo, recordando seguramente el ejemplo del mismo Señor Jesucristo, al lavarles los pies a cada uno de sus discípulos. Un ejemplo para todas las generaciones. La soberbia puede llegar a ser inmoral, antiética, un antónimo de la humildad. Hay que recordar que el mismo Señor Jesucristo en su condición de hombre “se humilló a sí mismo” (Filipenses 2:8). Es por tanto necesario que el cristiano haga exactamente lo mismo, humillarse todos los días bajo la poderosa mano de Dios.
