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Una de las actitudes cristianas qué debiera ser común es la sobriedad, que implica el conocer las limitaciones humanas, pero al mismo tiempo sus fortalezas, por lo tanto, una persona sobria es aquella que no se va a los extremos. Qué es moderado en general, especialmente en comer y beber. (en lenguaje coloquial cuando alguien no está bebido, se dice que está sobrio)
Pedro indica que el cristiano debe estar constantemente velando (vigilando), porque en el momento menos esperado, puede venir un ataque y debe estar prevenido para ello. Quizá el Apóstol recordaba aquella ocasión en la que el Señor les pidió que velara con Él en oración; y Pedro junto a sus demás compañeros se quedó dormido. La lección fue ejemplar para todos y fuerte para el buen apóstol, porque fue zarandeado tremendamente por el enemigo, que cual león rugiente anda buscando a quien devorar.
La imagen que el Apóstol presenta describe las acciones del enemigo que procura dañar a los creyentes en múltiples formas y ya citado en esa imagen en el AT, (Salmo 22:13; Ez 22:25). En los versículos adelante (9 y 10) Pedro menciona “los padecimientos de vuestros hermanos en todo el mundo”, pero el Dios de toda gracia, limitándolos a un poco de tiempo. Recordando que los creyentes que se sujetan a Cristo tienen todas las armas necesarias para deshacer las artimañas del enemigo (Efesios 6:11-18). Y que finalmente,los creyentes “le han vencido por medio de la sangre del cordero” Ap 12:11
La vida cristiana no es un paseo turístico, es una lucha diaria contra las huestes de maldad, el hombre debe estar consciente de ello y, por lo tanto, permanecer preparado para el momento en el que surja el ataque. Lo anterior deberá convertirse en un estilo de vida para el hombre que desee permanecer en victoria
