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Este es el pasaje (vv 17-34) más extenso sobre la Santa Cena, y el único aparte de los relatos en los evangelios. Aquí se dan instrucciones para la celebración de este sacramento.
Pablo inicia este párrafo señalando que se congregaban para lo peor, pues le llegaron comentarios o quejas de que había divisiones en las reuniones de la congregación. Una exhortación fuerte y directa, en la que no puede alabarlos.
Duras palabras del apóstol que llevan a reflexionar sobre los problemas que se estaban presentando en esta área. La iglesia trataba de cumplir con el sacramento de la Santa Cena y el problema no estribaba ahí, sino en la comida fraternal que hacían antes de la celebración. Menospreciaban y humillaban a los que no tenían recursos, atropellando los sentimientos de las personas que les rodeaban. Pensaban que esto no afectaría la comunión del sacramento. Sin embargo, más adelante (v 27) les anuncia sobre las consecuencias de comer y beber indignamente.
Al ir a la reunión cristiana todos deberían tener el mismo propósito, es decir, agradar a Dios a través de la adoración y estar unánimes juntos. (Salmo 133) Ya habían desarrollado la costumbre de reunirse para celebrar con comida, llamándole fiesta ágape o fiesta del Amor. Por lo regular la realizaban al final de la semana, a la que asistían todos miembros de la iglesia, llevando cada uno lo que podían. Concluían con el sacramento de la Santa Cena.
Lamentablemente en la iglesia de Corinto había distinción entre ricos y pobres, además de los sufridos esclavos; quienes no tenían mucho que ofrecer y podía ser que era el lugar en donde disfrutaban la única comida digna durante toda la semana. Por la reprimenda de Pablo, parece que algunos habían perdido la disposición de compartir.
Pablo fue uno de los que fomentó el amor fraternal y procuró que en la iglesia primitiva se quitaran las barreras sociales, ahí no había libres y esclavos o ricos y pobres, solo personas lavadas por la sangre de Cristo. Un ejemplo es la carta a Filemón donde le pide que reciba a Onésimo no como esclavo, sino como un hermano. (Filemón 1:15,16)
La iglesia de Cristo es un organismo vivo en el que, todas las personas forman parte del cuerpo, unidos unos por amor. El cristiano verdadero es movido a misericordia cuando un hermano en la fe se encuentra en escasez; el que tiene, generalmente, comparte con los demás lo que puede, sin sentir que eso sea una carga pesada.
“Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga”.
La B. de estudio pentecostal pág. 1628, dice que este texto puede traducirse: “Uno se queda con hambre, otro queda medio satisfecho”, agregando que la palabra “embriaga” (gr. methuo) tiene dos sentidos: (1) estar borracho, o estar satisfecho sin que tenga que ver con la embriaguez (véase la nota en Jn 2:10 sobre la boda de Caná) (2) El contexto bíblico de este versículo claramente se refiere a la cena en general. Pablo no estaba refiriéndose aquí a la cuestión de la embriaguez; si así fuera la habría condenado severamente, como lo hizo en 1Co 6:10 y considerando ese hábito tan serio que excluye a la persona del reino de Dios, como lo dijo en el mismo texto de 1 Co 6:10 y en también en Gálatas 5:21.
Las opiniones de que en la boda de Caná de Galilea se bebió vino embriagante, y también en las cenas de Corinto, quedan rechazadas.
¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada?
Algunos menospreciaban el sacrificio de Cristo con su proceder, no mostraban ningún amor por sus hermanos en la fe, avergonzando al evangelio con esas actitudes. Por ello Pablo les recomienda que comieran y bebieran en su casa, ya que esto más que recordar el sacrificio de Cristo era menospreciarlo.
¡Qué hermoso es ser parte de una iglesia donde el amor fraternal se muestra para el que tiene, como para el que no tiene!. De una iglesia donde el hermano pobre puede con alegría asistir a las bodas y fiestas elegantes de los hermanos que son más pudientes, sin sentirse menospreciado, sino parte de la familia. ¡Dios bendiga a todos esos hermanos que nunca hacen distinción entre creyentes!
