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El Apóstol da un giro por completo de una situación cotidiana de falta de ética, a condiciones espirituales que pueden llevar a la condenación a una persona. El justo vive adecuadamente por la santificación efectiva por medio del Espíritu, esto debe ser prioridad para la vida de un creyente. Pablo muy molesto con la situación, como lo revelan las preguntas retóricas analizadas anteriormente demuestra lo inexcusable que es el juzgar a un hermano frente a los incrédulos.
Es rídiculo y absurdo, por lo que libremente y sin reparo les dice para avergonzaros lo digo. Ellos ya eran justificados delante de Dios, habiendo aceptado las buenas nuevas de salvación, dejando atrás su vida pasada. Corinto era una ciudad estratégica para el comercio, establecida en un cruce de caminos importantes, por lo que toda clase de costumbres, adoraciones paganas y juergas inmorales habían llegado a la comunidad.
Seguramente estos cristianos al cambiar su modo de vida pecaminosa en un territorio promiscuo habían sido vituperados y aborrecidos. Pablo posiblemente eso quería recalcarles ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufris más bien el ser defraudados? el pueblo seguidor del Nazareno era ya el que amaba a sus enemigos a pesar de recibir agravios, de ser ofendidos, defraudados y lastimados, ¿cómo era posible que ahora ellos mismos hubieran caído en esas actitudes, lejos de los preceptos de Dios? Y no sólo eso, vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. ¿Qué pasaba por sus cabezas? si se les enseñó a amar a los enemigos, ¿Por qué ahora a los mismos hermanos de la fe se les juzgaba frente a incrédulos en vez de recurrir a los sabios de la iglesia?. Era reprobable esa actitud del corazón.
probablemente las facciones divididas que pugnaban por apoderarse del liderazgo de la iglesia llevaban a los miembros de esos partidos a ser infieles e injustos con los demás, mirándolos no como a hermanos y parte de la misma iglesia de Corinto, sino como enemigos a los que habría que hacer tropezar para dejar el camino libre a la facción que se quería beneficiar, algo totalmente execrable y carnal. Tristemente esto se ha observado en algunas congregaciones modernas.