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ORACIÓN DEVOCIONAL
Con la declaración del versículo 14, Pablo está hablando de la oración devocional, de su oración personal: “Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto”. No está hablando de uno de los nueve dones, sino de una oración que viene de su espíritu y no de la mente. Al decir “Oraré con el espíritu”, se está refiriendo a las lenguas devocionales, a las lenguas en oración privada; “pero oraré también con el entendimiento”, está hablando de orar con la lengua normal. La misma actitud se da al cantar: “cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”. En toda esta sección, Pablo se está refiriendo a sus devocionales personales.
ORACIÓN EN PÚBLICO
Pasa ahora en los versículos 18 y 19, a hablar de lo que ocurre en público: 18Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros; 19pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida”.
Pablo también “oraba y cantaba con el entendimiento” y lo hacía cuando la iglesia estaba reunida. El orar y cantar de esta forma trae edificación a los creyentes, ya que pueden entender lo que se dice. ¡Qué delicado y espiritual era Pablo! Siempre que se colocan controles sobre un don, se corre el riesgo que se deje de usar. Algunos desean vaciar un recipiente de agua al trozo de leña encendido que salto del fuego, cuando lo que se debe hacer es devolverlo a las llamas.
La finalidad del culto público es la edificación de los que asisten, así que cinco palabras dichas de manera que sirvan para edificación son de mucha más importancia que diez mil palabras, que al no ser entendidas, no edifican.
Un requisito que se pide a los ministros de las Asambleas de Dios, para otorgarles la primera credencial, es que hayan hablado en otras lenguas, según lo narra Hechos capítulo 2, experiencia que se repite en varias ocasiones. Lo cual quiere decir que para las Asambleas de Dios es básico y primordial que se hable en lenguas y que se mantenga esa práctica toda la vida en la oración devocional. Y que así se enseñe a los fieles en cada congregación. La crítica que en ocasiones se levanta entre los mismos creyentes y desde luego, por los no pentecostales, es que en los cultos “pentecostales” la gente ora exageradamente y con voz fuerte “en otras lenguas”, en forma prolongada, haciendo de los cultos algo que ellos dice no es correcto. Desconocen que muchas veces, al sentir la presencia del Espíritu Santo, el gozo se desborda y surge la adoración en lenguas. Para muchos, eso es preferible que una actitud fría. Lo enseñado por Pablo en los versículos 14 y 15 trae el equilibrio.