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En este pasaje, el apóstol se encuentra aludiendo a su experiencia propia. Su ministerio estaba destinado a ir echando los cimientos en cada lugar que el Altísimo lo enviara para luego pasar a otro sitio. Dieciocho meses muy intensos en Corinto (Hechos 18:11) fueron necesarios para sembrar el evangelio de Jesucristo. Dios en su gracia tenía preparado a Apolos y a otros para que continuaran.
“Conforme a la gracia… que me ha sido dada”. Esto lo asienta primero el apóstol por evitar que parezca que carece de humildad, al pronunciarse “perito arquitecto”. Indica claramente que el fundamento de la Iglesia es Jesucristo, y este es el fundamento que Pablo estableció cuando empezó la iglesia en Corinto.
“Otro edifica encima”. Es decir, el que venga después de mí. No nombra a Apolos, porque habla en general de todos los sucesores, sean quienes fueren; “pero cada uno mire cómo sobreedifica”. Todos deben predicar la misma doctrina que Pablo predicó, en esencia, a Jesucristo el crucificado.
