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“Si en verdad los muertos no resucitan”… Mateo, Marcos y Lucas registraron el cuestionamiento que los incrédulos saduceos le hicieron a Jesús, hablando del supuesto de que una mujer se hubiera casado con 7 hermanos, que trataban de levantar descendencia al primero y al fin, todos murieron; “en la resurrección , pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron? Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios? (Mt 22:29) Dos descomunales errores: Ignorar las Escrituras y el poder de Dios.
Jesús además revela un gran hecho, que contestaba y contesta, muchas preguntas sobre los cielos: ¡En la resurrección no habrá casamientos! Y luego para arrojar más luz sobre la eternidad, se remonta al majestuoso momento cuando el Padre le habla a Moisés desde la zarza ardiente , declarándole: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” . Todo eso lo sabía Pablo.
Y por eso, en todo este capítulo sin ninguna duda, defiende la gran verdad de la resurrección, basándose:
• En las declaraciones de Jesús, registradas en los evangelios.
• En la experiencia misma, del Victorioso Resucitado.
• En las apariciones a los doce.
• En la aparición a más de quinientos hermanos.
• En la conversación directa con Pablo, camino a Damasco.
• Nota importante: Sobre la expresión: “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo.” es una declaración que debe entenderse en el conjunto de toda la argumentación y nunca por separado, como un solo texto, pues se contradeciría todo lo afirmado antes. La Biblia NVI traduce el versículo 19, así: “ Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales”. La Biblia de las Américas, lo dice así: “Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima”