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Del versículo 11:3 al 14:40 se abordan 3 temas relacionados con la liturgia, ya que, en ese momento en la iglesia de Corinto tenían discrepancia sobre estos asuntos y se necesitaba una regulación en los servicios que se realizaban con los nuevos creyentes: 1º la indumentaria de hombres y mujeres, 2º La Santa Cena, 3º Los dones espirituales.
Después de felicitar a la iglesia, Pablo introduce un nuevo razonamiento: quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón. Aquí hay un orden, primero el Padre, luego el Hijo; sigue el hombre y luego la mujer. Esto se refiere a un orden patriarcal de amor, cuidado y seguridad, no de desigualdad. (Ef 5:22-31; 1 Ti 2:9-15).
La exhortación de Pablo a la iglesia de Corinto no se limita a las mujeres, sino que también va dirigido a los hombres, pues existía un problema, que se puede ver desde dos ángulos: 1º algunos varones trataban de imitar los cultos paganos cubriendo su cabeza al orar o profetizar como una señal de supremacía social. 2º las mujeres por su parte, se quitaban sus velos matrimoniales al dirigir el culto para demostrar su emancipación social. Pablo estaba tratando con personas de cultura romana y griega, cuyas costumbres y tradiciones eran diferentes de la cultura judía. Sin embargo, el ejemplo que les daba acerca de que Cristo es la cabeza del varón, los romanos lo comprendían bastante bien.
Desde el punto de vista de pertenencia o sumisión los creyentes pertenecen al Hijo y el Hijo al Padre. (Jn 17:5-8) En la trinidad no hay un orden de supremacía y no hay una desigualdad, sino es una división de funciones. Al venir Cristo a dar su vida por el hombre que se encontraba en pecado, restablece la relación con el Padre, a través de su sacrificio en la cruz.
Es posible que algunos cristianos, que eran líderes sociales, políticos o empresarios, al dirigir los cultos en la iglesia, lo hacían con la cabeza cubierta para diferenciarse del hombre común, como lo hacían en las celebraciones cívicas grecorromanas o en cultos paganos. En lo que se refiere a las mujeres, el velo era un elemento cultural para las mujeres casadas; no usarlo sería señal de ser una mujer deshonrosa, prostituta o pareja lesbiana dominante. Las mujeres esposas de romanos importantes, abandonaron el velo establecido por su cultura para mostrar su igualdad con el hombre.
Toda mujer que ora o profetiza afrenta su cabeza; porque lo mismo es que se hubiese rapado. Las mujeres de Corinto tenían conocimiento acerca de las mujeres que ejercieron un liderazgo en el Antiguo Testamento y las mujeres que ayudaron a Cristo y las que ayudaban a Pablo, las cuales podían participar orar y profetizar. Profetizar se tomaba como sinónimo de compartir el evangelio sin excesos para no dar una impresión equivocada a los visitantes y a la comunidad sobre la libertad que Cristo había dado a hombres y mujeres. Por reverencia o sujeción las mujeres cubrían su cabeza.
el apóstol advertía sobre tratar de vivir conforme a la moda, dentro de las iglesias. Así mismo los creyentes por causa de Cristo deben respetar los aspectos culturales de cada pueblo a fin de alcanzar a las personas para su salvación, sin caer en los extremos. No se debe ser demasiado permisivos o poner en tentación a los cristianos débiles en la fe.
6Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. Este parece un trabalenguas, pero no lo es. El apóstol lleva a la mujer a reflexionar que no trate por vanidad, de lucir su cabello largo y bonito, pues eso era lo que más admiraban los hombres en esa época. Porque si alguna mujer no quería cubrir su cabeza, que se cortara el cabello o se rapara para que así luciera su cabeza bien descubierta. En cierto modo un sarcasmo de Pablo, para que las hermanas comprendieran a qué se estaba refiriendo. En la actualidad en América Latina equivaldría a prohibir que una hermana dirigiera el culto con un escote pronunciado o una minifalda; la gente estaría atenta no al culto sino a la hermana. Caso contrario los hombres que usan cabello largo o capas semejantes a los shamanes, todos de negro o todo de blanco. No son actitudes bien vistas. (11:14)
