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2 CORINTIOS CAPÍTULO 1
Salutación, 2 Corintios 1:1,2

1:1, 2 “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en corinto, con todos los santos que están en toda Acaya: 2Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.


Las cartas griegas casi siempre comenzaban con la identificación del autor y un saludo a sus destinatarios. Las salutaciones de Pablo nunca son superficiales. Aunque estas palabras introductorias son muy parecidas a las de la Primera Carta a los Corintios, la cual fue escrita aproximadamente un año antes, Pablo establece una vez más el fundamento de su llamamiento: “apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios”. Un “apóstol” era uno enviado por su superior a una misión importante y definida. Su llamamiento provenía de Dios. No fue un autonombramiento, sino que Dios mismo le llamó a este servicio, apóstol por la voluntad de Dios. 

En las cartas a los Gálatas, Romanos, Corintios y Timoteo ( Ro 1:1; 1 Co 1:1; 9:1,2; 15:3-10 ; Gá 1:1, 2:8; 1 Ti 2:7;) enfatiza que su apostolado es por la voluntad de Dios. En Gálatas 1:1 expresa: “Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),”. En el libro de los Hechos, en su defensa ante Agripa, Saulo explica cómo fue llamado: “… vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol,… oí una voz que me hablaba, y decía en voz hebrea: Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues? …. Levántate y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, …” (Hch 26:12-17)

En la primera carta, menciona al hermano “Sóstenes” (1 Co 1:1) y en ésta al hermano “Timoteo”. Si bien, asocia generosamente a otros “colegas” en su ministerio, Pablo es el “apóstol”. ¿Por qué mencionar a Timoteo? Parece que Pablo tenía la intención de acreditar a este joven discípulo, a quien llama “mi hijo” (1 Tim 1:18), ante la iglesia de Corinto, pues Timoteo no había sido recibido por ellos como debería, cuando llegó con una misión especial de parte del Apóstol (1 Co 4:17; 16:10,11). 

Escribe Pablo esta carta a la “iglesia que está en Corinto, con todos los santos que están en Acaya”. Acaya, incluía la Grecia propiamente donde se situaba Atenas y Corinto al principio de la llamada península del Peloponeso (en donde se situaba la famosa ciudad de Esparta, que floreció 300 años antes). La carta no era sólo para la iglesia de Corinto sino, una carta circular, para todos los cristianos, todos los santos, esparcidos en aquella región. 

¿Qué desea Pablo para esta iglesia? “Gracia y paz… de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” un saludo introductorio clásico del Apóstol Pablo.  Para él, la gracia es el amor de Dios que otorga perdón al hombre por medio del Señor Jesucristo. La paz, no es ausencia de aflicción, sino la presencia de Dios en el corazón y la vida del ser humano. Estas palabras reflejan la antigua bendición de Aarón (Números 6:24).  

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