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Normalmente se menciona primero al Padre, después al Hijo como segunda persona y luego al Espíritu Santo como la tercera persona de la Trinidad. Aquí Jesús fue mencionado antes del Padre porque su sacrificio y muerte es la expresión máxima del amor de Dios. La bendición de Pablo atestigua que la iglesia del Nuevo Testamento creía en la Trinidad.
Esta bendición trinitaria, se encuentra también en 2 Co 1:21, 22: “y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que no ungió es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”. Además en Romanos 8:9 : “mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él .”
gracia… del Señor Jesucristo
amor… de Dios
comunión… del Espíritu Santo.
Si esta triple presencia permanece en el creyente, tendrá seguridad de su salvación eterna.
Ha sido una hermosa tradición en muchas iglesias terminar los cultos con la bendición pastoral, citando la doxología trinitaria:
¡Qué el amor de Dios el Padre, la gracia del Señor Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo sea en cada uno de vosotros! Amén.
Las iglesias pentecostales que han usado el himnario de gloria y triunfo por generaciones se despidieron cantando:
A Dios, el Padre celestial,
Al Hijo, nuestro Redentor,
Y al eternal Consolador,
Unidos todos alabad. Amén