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2 CORINTIOS CAPÍTULO 9
Las ofrendas para los santos 2 Co 9:1-15

9:1-3 Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba; pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría. Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados;  


“Cuanto, a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba” Esto es una continuación del tema abordado desde el capítulo 8, pues ambos tratan el mismo asunto respecto a las indicaciones de la ofrenda para los santos. 

La palabra ministración, viene del griego diakonía, cuyo significado se refiere a ser siervo, asistente, servir, asistir, ministrar, no importando que sean judíos o gentiles. 

2Pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría”. El sentido de apoyar a los corintios estaba por demás adelantado a la petición, pues Pablo mismo al elogiar su voluntad, se refiere a que tenían un ánimo predispuesto para bendecir. El apóstol de los gentiles sentía confianza en ellos para hacer una petición de tan gran magnitud y apeló a ese sentir para que no se le tomara como una mera exigencia monetaria.

…de la cual yo me glorío entre los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; las iglesias que se ubican geográficamente en la Región de Macedonia son las de Filipo, Tesalónica y Berea, éstas habían sido fundadas por el apóstol Pablo. Por consiguiente, Acaya (una provincia romana que comprendía todo el sur en la actual Grecia) era la región fronteriza al sur de Macedonia, en la cual se localizaba Corinto como una ciudad muy importante. se manifiesta que un año anterior estos hermanos ya habían preparado sus ofrendas y eso mismo desencadenó el impulso de ayudar en otras regiones. Es de suponer, como ocurre casi siempre, que no todos los creyentes de la iglesia se habían dispuesto a cooperar, por eso convenía recordarlo en esta carta, inteligentemente.

“Pero he enviado a los hermanos, para que nuestro gloriarnos de vosotros no sea vano en esta parte; para que como lo he dicho, estéis preparados”.

Tito encabezó esta encomienda entre los hermanos, apoyado por dos compañeros de excelente testimonio, uno de los cuales se cree que pudiera ser Lucas, el médico amado. Aunque de ánimo voluntario decidieron los hermanos corintios apoyar, no habían mostrado ninguna señal de progreso en la encomienda para los santos de Jerusalén.

Es de resaltar, que muy probablemente el atraso se debía a la mala influencia de los falsos maestros que buscaban desacreditar a Pablo, argumentando que éste, usaba las ofrendas para uso personal y que nunca llegaban a mano de los verdaderamente necesitados (2:17; 11:7; 12:14). Si este fuera el caso, ésta es la oportunidad para demostrar a los hermanos de Corinto que estarán sembrando con seguridad, y que su generosa aportación se usará tal cual se ha promovido.

Obsérvese de manera especial como el antes perseguidor de cristianos, ahora cuida no solo su reputación por el nombramiento que Cristo le hizo, sino también la habilidad para manejar sumas considerables de dinero o de recursos, enviados a través de él a los necesitados y pobres de Jerusalén y tal vez a otras regiones. De manera sabia, opta porque intervengan más administradores de tal gracia, dejando un ejemplo de buena mayordomía.

Para Meditar

La ambición humana no nació en nuestro tiempo, pues desde la narrativa encontrada en Hechos 8, se apunta a un caso donde se intentó sobornar la impartición de los dones del Espíritu Santo con dinero, como si fuese una mercancía más. Simón, un antiguo mago que al parecer había creído en Jesús, al observar el poder que respaldaba a Pedro, intentó adquirirlo con dinero, siendo una descarada ofensa al Señor y a los hermanos. Hoy en día hay quienes trafican con la fe de muchos indoctos y neófitos1, dedicándose a vender la gracia del evangelio con siembras, pactos y promesas, que en la mayoría de los casos son una ofensa a la Obra del Señor.


1 gr. neófutos, literalmente “recién plantado”, nuevo creyente.

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