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Los corintios tenían un estilo de vida cosmopolita, con una economía holgada, además, por su gran cercanía con Atenas, tenían una influencia cultural, deportiva y filosófica. Poco se ocupaban del prójimo, sus intereses estaban basados en su persona, en saber más, disfrutar al máximo y vivir bien. (ver el comentario de introducción a Primera de Corintios)
Se podría decir, que esta fue la oportunidad que encontraron los falsos apóstoles para sacar provecho de una iglesia avivada, con una buena solvencia económica. Pablo se propone poner en orden las cosas.
En el v. 16, otra vez os digo refiriéndose al v.1; retoma la frase de la locura, para dar mas énfasis a su discurso, estaba hablando en forma retórica como los filósofos griegos, como les gustaba a los corintios que les hablasen.
El verso 19 es una ironía que da a entender lo contrario de lo que se dice: “porque de buena gana toleráis a los necios, siendo vosotros cuerdos”.
En el v. 20 por lo menos se mencionan cinco ofensas que los pseudoapóstoles cometían contra los verdaderos creyentes.
1. os esclavizan, el hacer que los hermanos de Corinto se circuncidaran y guardaran las leyes de Moisés era esclavizarlos en tradiciones que no eran cristianas. Jesucristo jamás enseñó, el que se circuncidare será salvo.
2. os devoran, los fariseos iban a las casas de las viudas, les quitaban todo y hacían largas oraciones (vea el comentario a Mr 12:40; Lc 20:45-47).
3. toman lo vuestro, existían personas ventajosas, que disponían de los hogares de los hermanos para ofrecer banquetes, o tomaban sus pertenencias. El salmista David se pregunta: ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan? Salmo 14:4.
4. se enaltecen, a diferencia de la humildad y mansedumbre de Pablo, estas personas eran arrogantes y se sentían superiores a los hermanos.
5. os dan de bofetadas, personas que les gustaba corregir a los demás. Pablo había mandado a Timoteo una carta en la que le especificaba los requisitos que debía tener el obispo “no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; (1Tim 3:3). Se le llama pendenciero a la persona que propicia peleas o enfrentamientos.
Siempre los hermanos tienen un respeto y admiración por los predicadores elocuentes, sin embargo, hay que pedirle al Espíritu Santo que dé discernimiento, para evitar que lobos rapaces se infiltren, presentando doctrinas erróneas. En otros contextos cristianos, se dan charlatanes que esclavizan a las personas con sus enseñanzas y literalmente, les roban para poder vivir a sus anchas.