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2Pedro 1:11,12

2Pedro 1:11,12 “Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 12 Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente”.


Viviendo una vida piadosa, santa, separada, contribuirá fundamentalmente a ser buenos testigos, proclamando el evangelio con la familia, con los amigos y con los compañeros de trabajo, sin temor de reproches o señalamientos, y eso asegura amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


El apóstol Pedro explaya una ley importante en la información: “La ley de la repetición” que consiste básicamente en repetir una enseñanza todas las veces que sea necesario, hasta que se haga parte de los conocimientos o de los hábitos de una persona. Nada lo ejemplifica mejor que la orden dada por Moisés a Israel en Deuteronomio 6: 6-9;


“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes…y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.


Uno de los sistemas de enseñanza que se seguía en las sinagogas, por los judíos palestinianos, era dividir todo el pentateuco en 154 porciones que tenían que ser leídos y comentados en 3 años. En otras palabras, cada 3 años repetían la misma enseñanza generación tras generación. Se dice que el departamento de educación de Las Asambleas de Dios en los Estados Unidos repetía la enseñanza en los expositores dominicales cada 7 años. Estos llegaban a México y algunos “supersabios” se quejaban de esa repetición.


El mismo Pedro es un ejemplo de los efectos de la repetición. Lo que le permitió aprender pasajes enteros de las Escrituras, los cuales el Espíritu Santo, recordó en el momento oportuno. En su sermón en el Día de Pentecostés, repitió de memoria 4 impactantes versículos del profeta Joel ((2:28-32); otros cuatro de lo dicho por David en el Salmo 16:8-11; además de citar los salmos 89:3,4 con el 132:11 y desde luego la importante declaración sobre Jesús, del Salmo 110:1


El apóstol Pedro, como buen judío, sin pedir disculpas, insiste ahora: yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.

Para Meditar

Ningún pastor se sienta incómodo enseñando las doctrinas fundamentales que la Denominación ha precisado, año tras año y generación tras generación, memorizando letra por letra lo que sea necesario. Además de dar “todo el consejo de Dios” que se encuentra en la Palabra. Por seguro que siempre el Espíritu Santo la hará nueva en cada mente y corazón.

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