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El apóstol Pedro llega a la conclusión de su segunda y última carta, aconsejando al pueblo de Dios de sus días y de todos los tiempos: “Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, (2 Ti 2: 14-18; Tito 1:10-16) caigáis de vuestra firmeza”. Pablo advirtió entre muchas otras cosas, de la importancia de presentarse a Dios aprobado, Tito sobre los judaizantes, Pedro sobre los falsos maestros.
El apóstol Pedro previno a toda la cristiandad de los inicuos, que siempre estarán presentes y que serán instrumentos de deshonra en las manos de satanás, enemigo del alma. En el tiempo presente el peligro latente de los falsos maestros es constante en las iglesias, donde lamentablemente se han infiltrado amenazando la sana doctrina dada por el Señor a sus amados siervos.
Pedro termina su segunda carta, con las recomendaciones con las cuales comenzó (1:2-11) invitando a la búsqueda de la madurez cristiana y a la profundidad en el conocimiento del Señor Jesucristo : “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
A Él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”