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Debe decirse que los creyentes de la iglesia primitiva creían que Jesús iba a retornar en sus días (1 Co 15:51; 1 Ts 1:10, 2:19, 4:15-18; 5:1,2). Esperanza que debe existir en cada creyente y ser una fuerte convicción en cada generación, hasta que un día ocurra, cuando el Padre lo decida. Recuérdese siempre que lo que Dios ha prometido, en su perfecto tiempo vendrá a realizarse (Josué 21:45; 23:15; 1 R 8:56).
La característica de los herejes que más preocupaba al apóstol Pedro era el que negarán la “parusía” o Segunda Venida de Cristo, diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? En el Antiguo Testamento se encuentran ejemplos de ese tipo de interrogantes de los incrédulos y críticos: ¿Dónde está el Dios de justicia? preguntaban en tiempos de Malaquías (Mal 2:17), ¿Dónde está tu Dios? preguntaban los paganos al salmista (Sal 42:3) y ¿Dónde está la palabra de Jehová? ¡Que se cumpla ahora! preguntaban los enemigos a Jeremías (Jer 17:15).
Contestando a los burladores, el apóstol Pedro tiene que aclarar a los creyentes, su cuestionamiento: “porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” . Los herejes querían decir que sus padres habían muerto y el mundo seguía exactamente igual, por lo que no habría cataclismos convulsivos como la Segunda Venida que viniera a inquietarlos para un arrepentimiento genuino y no contentos con afectarse ellos, intentaban confundir a los redimidos por Cristo. La iglesia por su parte debe seguir diciendo “Maranata” ¡Cristo viene pronto!
La frase “los padres durmieron” origina varias interpretaciones, la primera de ella puede referirse a los patriarcas del Antiguo Testamento, así como a los santos profetas. La segunda puede referirse a aquella primera generación de cristianos que marcó una época dorada cuando el evangelio de Jesucristo empezó a predicarse no solamente a judíos sino también a gentiles, entre estos los primeros mártires Esteban, Jacobo hijo de Zebedeo hermano de Juan, quienes sufrieron pena de muerte por predicar a Jesús. Y la última puede referirse a los padres fallecidos de aquellos que todavía estaban en los tiempos de Pedro. Aunque esta última podría ser la más débil de las tres.