Las adversidades y la muerte no hacen diferencia entre ricos y pobres; esclavos y libres; mujeres y hombres, niños y ancianos. El apóstol se refiere a personas de bajos recursos económicos al decir: “humilde condición” (griego: tapeinos). En la iglesia primitiva, ricos y pobres convivían juntos. En su libro “World Pictures in the New Testament”, A. T. Robertson señala: “Ya entonces los ricos y los pobres en las iglesias hallaban ocasiones para mostrar sus celos”. El cristianismo le da al pobre un nuevo sentido de su propia valía y al rico un nuevo sentido de humildad.

Santiago hace referencia a Isaías 40:7 donde se presenta un panorama de la cosmovisión de la vida, y su naturaleza efímera en cuanto a la belleza y atracción: “él pasará como la flor de la hierba”. El verbo “pasará”, da la idea de que el hombre que tiene su confianza en las riquezas perderá su estabilidad por sí mismo (Salmo 90:5-6). El apóstol describe la transitoriedad de la vida y usa 4 verbos: “sale (anéteilen); seca (exéiren); cae (exépesen) y perece (apóleto), comparando al hombre rico y sus posesiones con la hierba del campo. Esto le puede pasar al hombre que confía en sus riquezas. Santiago insta a los hermanos que estaban dispersos por las naciones a que se gloriaran en su nueva humildad, es decir, en su dependencia total de Dios. .