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Palabra fiel y digna de ser recibida por todos. Es una fórmula que introduce una verdad axiomática y aparece solo en las epístolas pastorales (3:1; 4:9; 2 Ti 2:11; Tito 3:8) {Biblia de Estudio Ryrie, pág.1225}. Es un pensamiento admirable, corazón del evangelio, que es comparable con la composición doctrinal de Juan 3:16; manifestando la naturaleza primordial de la venida de Jesús al mundo: ¡Salvar a los pecadores!
Esta cláusula maravillosa presenta un juicio que procede de la reflexión teológica. Solía pasar de boca en boca, se repetía en la comunidad de la iglesia apostólica, siendo el epigrama fundamental. Siendo este epigrama el primero de los dichos fieles de Pablo: “yo soy el primero.”. Una parte de esta cláusula hace recordar el lenguaje juanino, debido a la expresión “vino al mundo”. Admirable que hasta el final de sus días, Pablo se consideraba el primero de los pecadores.
El dicho alude a que Cristo vino al mundo, para salvar, no para proporcionar ayuda, ni conducir a que la persona se salve a sí misma; al recibir la salvación el hombre pierde la culpa y obtiene la justicia, le quita la esclavitud y le obtiene la libertad. Es la gran bondad divina que otorga al creyente comunión, amor y vida eterna.5
5 Ef. 2:13; Ro. 5:5; E. 2:1, 5; Col. 3:1-4.
